Con hinojo, copal, un bálsamo con olor a canela y el toque de un caracol, purifica la energía de las personas que se lo solicitan, tarea que demora alrededor de dos minutos.
Foto: Gabriela Esquivel | Con hinojo, copal, un bálsamo con olor a canela y el toque de un caracol, purifica la energía de las personas que se lo solicitan, tarea que demora alrededor de dos minutos.  

Las tradiciones prehispánicos están vivas y latentes en el Centro Histórico gracias a que personas como Gosvami García Martínez, que difunde las ceremonias, rituales y limpias energéticas para conectar con la identidad nacional.

Originario de Tepito, el hombre de 40 años llega alrededor de las 10 de la mañana a un costado de la Catedral Metropolitana para instalar su espacio de trabajo, donde permanece por al menos ocho horas, aunque en ocasiones se retira hasta las nueve de la noche, donde su principal labor son las limpias.

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Gosvami se considera un difusor cultural y destacó que su misión consiste en transmitir los conocimientos sobre las raíces, ya que, señaló, cuando no se conocen, se pierde cierta identidad nacional.

"Son limpias energéticas y es para purificar la energía de nuestro cuerpo, ya que una desvariación energética produce malestares como cansancio, dolor de cabeza, estrés, fatiga e incluso hasta mal de ojo", explicó, en entrevista con 24 HORAS.

Gosvami relató que hace aproximadamente 30 años empezó a practicar las tradiciones prehispánicas, las cuales un familiar, que ahora descansa en paz, le enseñó.

Artista Prehispánico

Para este cometido, refirió que se documenta y actualiza sobre la información cultural, tradiciones, historia y artes prehispánicas para responder las preguntas que comúnmente le hacen sobre su trabajo y el por qué de cada rasgo con el que se caracteriza.

"Tengo que estar instruyéndome, actualizándome y leyendo porque si tenemos un error, estamos distorsionando las cosas y si exageramos o disminuimos entonces tampoco es correcto, sino mantenerlo lo más tradicional posible", apuntó.

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Aseguró que la indumentaria que utiliza está calcuada en 120 mil pesos y consta de artículos elaborados a base de piel, objetos de pedrería, un caracol y piezas de origen animal, como una cabeza de venado.

Sobre el costo de los servicios, Gosvami indicó que lo deja abierto a la cooperación voluntaria para que las personas reciban la atención y aporten lo que consideren o esté dentro de sus posibilidades; sin embargo, explicó que en promedio, le dejan entre 10 y 20 pesos.

Comentó que la parte más difícil de su trabajo es la exigencia y desgaste físico, ya que las articulaciones se ven resentidas porque tan sólo la corona que utiliza pesa cuatro kilos.

Además, Govami alterna esta labor cultural con su profesión, ya que es licenciado en derecho con maestría en ciencias forenses.



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