2 de octubre, una pesadilla hecha una cruel realidad
Lourdes apretó sus labios, se emparejó los lentes y volteó a ver la ventana de su departamento, aquel lugar donde hace 57 años vivió un suceso que la marcó y cambió el rumbo de la historia contemporánea de México, el 2 de octubre.
Su caso, podría tener una similitud con algún largometraje del “Nuevo Cine Mexicano”, pero los habitantes de Tlatelolco, la conocen y saben que ella escuchó, sufrió y atestiguó la matanza del 2 de octubre de 1968, cuando apenas tenía 7 años.
Ella, lleva más de medio siglo habitando el número 26 del edificio San Luis Potosí G; ahí, donde conoció una de las escenas más trágicas para miles de personas: “La represión y asesinato de estudiantes”.
"Tlatelolco era un paraíso de modernidad en la Ciudad de México; sin embargo, desde esa tarde no volvió a ser lo mismo”, aseguró.
También te puede interesar: Brugada anuncia 24 obras hídricas en Iztapalapa para prevenir inundaciones
Recordó que días después, sería su cumpleaños y su fiesta fue agridulce, melancólica y compleja por el entorno ocurrido.
Aquí su anécdota: "Empezamos a oír a una muchedumbre como corría, mi hermanito gritó: ¡Hey miren, hay soldados en la calle! Se escuchó el sonido de un helicóptero, luego disparos y gritos”, recordó.
Lourdes mencionó que su hermana, de 13 años, subió el volumen del televisor donde se difundió un programa de la Toma de la Bastilla; las detonaciones de las armas de fuego, de esa novela se confundieron con el caos y los balazos que afuera ocurrieron.
“Mi hermana echaba vistazos tímidos por la ventana, fue cuando nos dimos cuenta que lloraba, incluso, yo la vi que rezaba, la vi cómo se le salían sus lágrimas", agregó.
Segundos más tarde, agregó, la madre de Lourdes arribó a la casa y encontró a sus seis hijos resguardados en una recámara por todo el ruido del exterior.
La charla continuó y la mujer reveló que se quedaron sin luz y su padre no llegó esa noche, sino hasta la madrugada para sacarlos y llevarlos con otros familiares por la zona sur de la ciudad, donde ella celebró su cumpleaños.
“Durante muchos años tuve un sueño, un recuerdo lleno de incertidumbre y confusión. Personas entrando, sonidos de botas de gendarmería. El padre de Lourdes les dijo ‘es la recámara de mis hijos’, allá está el baño, pueden revisar todo, sólo está mi familia", mencionó.
Años más tarde, sus hermanos coincidieron con ella y hoy sabe que no fue un sueño, fue la pesadilla que marcó su vida, porque eran los militares y policías en busca de estudiantes.
‘Sobreviví y pase 2 años en prisión’

Tlatelolco es un punto de memoria, un sitio de barbarie, donde el Gobierno de México cometió un crimen que lo desnudó y lo exhibió como autoritario; ahí, empezó la descomposición del régimen político, al saberse impunes, aseguró Félix Gamundi, sobreviviente de la matanza estudiantil del 2 de octubre.
El presidente del Comité 68 recordó su vivencia en la Plaza de las Tres Culturas, como líder estudiantil del Instituto Politécnico Nacional (IPN). Con 21 años, sobrevivió gracias a la ayuda de una familia, pero permaneció preso por más de dos años y medio, de manera ilegal.
La aparición del Ejército fue algo inesperado, ya que horas antes, durante la mañana, se sostuvo una reunión con representantes del Gobierno para establecer las bases y los términos del diálogo.
“Cuando aparecieron las luces de bengala enfrente de nosotros, lanzadas desde un helicóptero y bajaron los elementos de la azotea del edificio Chihuahua, vestidos de civiles, con un guante blanco en la mano y armados, disparando, fue el principio del fin”, narró.
Gracias a la solidaridad de una familia, Gamundi permaneció resguardado en un departamento desde las 6 de la tarde hasta la madrugada, cuando un soldado llamó a la puerta y ordenó abrir.
“Compañeros se protegieron en departamentos que de manera solidaria la gente abrió. Se escuchaban los balazos, la gente te decía ‘pásale miijito’. Fue un acto solidario de los vecinos. La familia estuvo detenida dos o tres días, después salieron”, recordó.
También te puede interesar: Clara Brugada arranca programa “Aula Digital Mixtli” en escuelas de nivel básico
Refirió que desde el interior se escucharon los balazos, gritos y ruidos de motores; en algún momento llegaron camiones cisterna para lavar la plaza.
“Cortaron la energía eléctrica y la comunicación, pensamos que en cuanto se retiraran podríamos salir para entender lo que pasó, pero fue peor”, dijo.
Esa noche, calculó, fueron detenidas en Tlatelolco más de 3 mil personas, aunque ninguna de ellas fue acusada de portar un arma.
“El gobierno se vio obligado a montar una serie de historias para mantener su discurso de que nosotros éramos los responsables de la violencia”, relató.
A 57 años de la masacre estudiantil, Félix Gamundi aseguró que “es algo que nunca superas, aprendes a vivir con ello. Avanzas por amor propio, por orgullo y por la solidaridad de la gente, empezando con la familia. Es algo que siempre traes contigo, Tlatelolco es un duelo que no hemos podido cerrar”.