Hoy, la furia que el "Bloque Negro" acumuló durante al menos una década se desbordó en el Zócalo de la Ciudad de México y poco importó la marcha en recuerdo del 57 aniversario de la matanza del 2 de octubre de 1968.
Desde antes de que arrancará la movilización la situación no pintaba nada bien, a las murallas de metal que rodeaban los monumentos históricos por los que pasaría la marcha se le sumó el refuerzo de cientos de elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) a lo largo de la ruta, que abarcó Eje Central y avenida 5 de Mayo. La tensión se cortaba con un cuchillo.
La movilización arrancó con una novedad, el apoyo a Palestina ante la situación que vive frente a Israel, el contingente encabezó la marcha en esta ocasión.
Tras ellos, estudiantes de Ayotzinapa exigían verdad y justicia tras 11 años sin saber nada de 43 de sus compañeros.
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Bellas Artes, primer punto del caos de la 'furia negra' en la marcha del 2 de octubre
La caminata iba sin novedad, incluso a la salida del paso a desnivel de Eje Central pero el caos dió su primer coletazo al llegar a Bellas Artes, en donde los petardos dieron paso al choque, liso y llano.
Una vez que el grueso entró a 5 de Mayo, comenzó el caos: petardos, fuego y violencia, no hubo termino medio, mientras la movilización llamaba a avanzar en paz, el Bloque Negro acusaba a los policías de "puercos", represores y hasta "alumnos" de Israel.
El escenario del choque fueron los arcos que están entre 5 de Mayo y 16 de septiembre, en esa zona mientras los encapuchados empujaban, lanzaban petardos y fuego, la policía nomás "aguantaba vara".
Conforme pasaba el tiempo y la resist ncia de los uniformados mermaba, el Bloque arreciaba, lanzaba puedas, palos y piedras y en respuesta recibía gas de extintor.
El conflicto subía y bajaba de intensidad como la marea, y la fuerza del Bloque decía conforme avanzaba la noche, los encapuchados aprovechaban la ventaja de su juventud, y hacían suyo el terreno que, tácticamente le cedieron los uniformados.
Policías quitaron terreno al final a encapuchados
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Rayando las 19:00 horas, los policías volvieron y recargados y en oleadas fueron quitando terreno a los encapuchados que, una vez que mostraron el "músculo" acumulado en años de movilizaciones en las que solo protagonizaron escaramuzas.
Ya caída la noche, y con fogatas que daban la impresión de reuniones tribales, vino el recuento de daños, extraoficialmente fueron 18 civiles heridos, 14 policías lesionados y 8 trasladados, mientras que de la prensa -entre reporteros y fotógrafos- fueron 8 los agredidos.
Y al final, tras el desborde de la violencia -que jamás se acercó a Palacio Nacional-, surge una pregunta ¿De parte de quién?.
