El transporte público en la capital del país es utilizado por 78% de los habitantes de la Ciudad de México, en promedio, cada uno pasa el equivalente a 4.5 años de su vida en traslados. Estas cifras reflejan un esquema deficiente. Para algunos, los microbuses constituyen el mayor problema, mientras que para otros hace falta replantear el esquema actual de corredores.

 

Para la Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad es necesario sustituir 14 mil de las 30 mil unidades de transporte público (camiones, microbuses, combis) que circulan en la capital, y desaparecer el resto.

 

«Para la sustitución del parque vehicular estimamos, desde el ámbito de la movilidad y la vanguardia, en la ciudad deberían estar operando no más de 14 mil autobuses», indicó Jesús Padilla, presidente de la asociación.

 

Además, consideró necesario profesionalizar a todos los involucrados en el tema de transporte, desde el chofer, despachadores, los que hacen el encierro, el concesionario o el dueño. «Tenemos que prepararlos a todos para la conducción de las nuevas empresas y nuevos esquemas», expresó.

 

Estas acciones, señaló, se verán reflejadas en los 10 nuevos corredores viales que planteó el gobierno capitalino y en los que desaparecerá el modelo del microbús, para dar paso a camiones de última generación y vialidades más ordenadas.

 

Sin embargo, los especialistas advirtieron que corredores como Reforma, Periférico o Constituyentes no representan un cambio significativo en la movilidad de los capitalinos.

 

Daniel Zamudio, director del área de transporte de la organización El Poder del Consumidor, explicó que ya se aplicaron estudios en esos corredores, pero los resultados no fueron los esperados.

 

«El usuario sigue invirtiendo más de hora y media, hasta dos horas en un viaje a su trabajo o la escuela porque el corredor presenta fallas», dijo.

 

Con él coincidió Roberto Remes, especialista en temas urbanos, quien aseguró que están mal hechos. «No hay vehículos adecuados, no hay derecho de vía para el transporte, o sea señalización y confinamiento del carril, y el modelo de cobro tampoco es el mejor», apuntó.

 

Pero también coinciden en que el microbús debe desaparecer. «El microbús con su guerra del centavo y la pelea por los pasajeros ya es caduca», afirmó Zamudio.

 

Por su parte, Remes recordó que el ultimo vehículo de este tipo se hizo en 1994, por lo que ya no son funcionales ni resistentes.

 

«Por fuera están pintados, pero por dentro están oxidados y viejos. Lo vimos con el micro al que le cayó el puente el día del terremoto».

 

Para el especialista, el gobierno debe chatarrizar todos los microbuses para dar paso a distintos tipos de vehículos, de acuerdo con las características de las vialidades por donde circulan.

 

En las avenidas primarias y ejes viales deben circular camiones de 12 metros de largo, que estén al nivel de piso para subir, con asientos cómodos y automáticos.

 

Las vías secundarias, dijo, deben tener minibuses de 10 metros (como los que actualmente circulan en los grandes corredores) para llevar a los pasajeros a otros sistemas de transporte.

 

En tanto, las rutas que operan en colonias más alejadas deben contar con combis grandes y cómodas, que no hagan trayectos de más de ocho kilómetros, para desplaza a la gente a otras avenidas.

 

Finalmente, para los traslados dentro de las propias colonias como Polanco o Santa Fe, funcionarían vehículos eléctricos, patrocinados incluso por los grandes corporativos que se ubican en la misma zona.

 

Para esto también deberán replantearse las rutas que existen y aprovechar la distribución de las calles «Los ejes nos dan una ventaja y se puede aprovechar para hacer rutas más largas y determinados vehículos», puntualizó.