Restauranteros de la capital del país aseguran que regalar agua es una costumbre que ya existe en estos negocios por lo que temen que la nueva norma del líquido que se incluyó en la Ley de Establecimientos Mercantiles se aplique discrecionalmente y que los locales pequeños no puedan comprar el equipo exigido.

 

En entrevista, el presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac), Manuel Gutiérrez García consideró que la medida debe aplicarse voluntariamente, tal como pasó con el retiro de saleros de las mesas para evitar su consumo excesivo.

 

Gutiérrez García también afirmó que la gran mayoría de los restaurantes ya cuentan con algún sistema para purificar y filtrar el agua, pues además de que acostumbran regalarla a quienes lo solicitan, también se utiliza agua potable para lavar alimentos y cocinar.

 

“La verdad de las cosas es que el agua embotellada se sigue vendiendo y el agua que se pide por vaso se sigue regalando, lo único que pues no estamos de acuerdo es que sea obligatorio”, puntualizó.

 

Para Gutiérrez García la obligatoriedad de la medida es el problema, pues consideró que los vuelve vulnerables a los criterios y opiniones de terceros. “Volvemos a estar sujetos a la discrecionalidad y a las multas”, agregó.

 

En esto coincidió el presidente de la Asociación Nacional de la Industria de Discotecas, Bares y Centros de Espectáculos (Anidice), Ismael Rivera, quien recordó que aún no existe un reglamento sobre la disposición publicada el pasado 16 de abril en la Gaceta Oficial del Distrito Federal.

 

Además señaló que los establecimientos más pequeños se verán afectados pues no estarán en capacidad de cumplir con la instalación de equipos.

 

Por ejemplo un sistema, para uso en el hogar, de filtro por osmosis se puede encontrar en páginas de Internet entre los tres mil y los cuatro mil 800 pesos, en tanto que los dispensadores de agua van de los mil a los dos mil 300 pesos.

 

Vale recordar que los restaurantes cuentan con 180 días naturales para instalar los sistemas de purificación de agua o dispensadores de agua potable, de acuerdo con el documento publicado en la Gaceta Oficial del Distrito Federal.

 

Finalmente, Ismael Rivera apuntó que esperan poder sentarse con autoridades de la administración local para fijar reglas claras para la nueva medida.

 

En su momento, el secretario de Salud del Distrito Federal, Armando Ahued Ortega, reconoció que a diferencia del retiro de saleros el tema del agua “es más complicado y hay más resistencia”, por ello recordó que el propósito no es sancionar.

 

“Lo que queremos es que así como nuestros amigos que venden alimentos entendieron que el retirar los saleros era un tema de salud, también que lo vean como un tema de salud importante”, dijo.

 

La Agencia de Protección Sanitaria del Distrito Federal, que depende de la Secretaría de Salud local, será la encargada de supervisar que los restaurantes cumplan con la medida.

 

Entre otras cosas, la agencia analizará muestra al azar para verificar la calidad del agua, vigilará que los filtros estén instalados y funcionen correctamente, y además recibirá las quejas de los consumidores.

 

Las multas para quienes incumplan la medida van de 25 a 125 días de salario mínimo, lo que equivale a pagar entre mil 682.25 y ocho mil 411.25 pesos.

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