En breve se desatará la locura rumbo a 2018, y veremos a más de uno o alguna lanzarse al ruedo, pues está claro que hacia la elección presidencial no hay algo definido para nadie. Los números dan un amplio rango de incertidumbre a grado tal que cualquiera de los grupos e intereses encabezados por el PRI, PAN, PRD y Morena pueden llegar a Los Pinos.
Un factor fundamental serán las alianzas y los candidatos independientes a la Presidencia de la República. Por ejemplo: según los especialistas de las consultoras y encuestadoras nacionales, una alianza entre los partidos Acción Nacional y de la Revolución Democrática le garantizará el triunfo a Morena y a su líder, Andrés Manuel López Obrador, porque los sectores duros del perredismo y las izquierdas rechazan por principio caminar junto a las derechas.
Un fuerte candidato independiente, según los expertos, significaría un gran respiro para el presidente Enrique Peña Nieto y el Partido Revolucionario Institucional, pues atraería buena parte del voto de los indecisos y con base en el perfil del personaje, a moderados de izquierdas y/o derechas, lo que haría que el voto duro del priismo se impusiera, siempre y cuando haya una maquinaria bien aceitada y fuertes acuerdos de unidad en el tricolor.
Las campañas se centrarán en los temas de corrupción y seguridad, que son los asuntos que hoy por hoy más duelen a los mexicanos y que emblemáticamente se resumen en los escándalos de la Casa Blanca de las Lomas y los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, desaparecidos en Iguala el 26 de septiembre de 2014.
Es ahí, en esas arenas, donde se definirán las candidaturas de los partidos y sus aliados. Morena tiene claro que López Obrador será su candidato y los videoescándalos de René Bejarano y Carlos Ahumada suenan ya muy lejanos; en el PRD, Mancera está claro, y su objetivo será remontar el torpedeo de los pejistas; en el PAN no hay muchas complicaciones en materia de trapos sucios entre sus gallos: Margarita Zavala, Rafael Moreno Valle y Ricardo Anaya.
Donde las cosas se complican para la postulación es en el PRI, pues cargan con todos los costos de un gobierno en franca retirada ante la crisis económica, de corrupción y seguridad, que devienen en una crisis política que cierra el abanico de posibilidades para construir una candidatura exitosa.
Ahí está el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, en la delantera, pero complicado por el desgaste en materia de seguridad pública; Aurelio Nuño, con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación gozando de cabal salud y en pie de lucha contra la reforma educativa; un Luis Videgaray recién fallecido políticamente gracias la escandalosa visita de Donald Trump; a Manlio Fabio Beltrones, golpeado por los resultados de más elecciones locales y a José Antonio Meade, que levantaba el vuelo en la Sedesol, pero que está ahora anclado a la impopular Secretaría de Hacienda, por lo que, aseguran los tricolores, podría ser una mujer el as abajo de la manga para remontar tan complicado escenario, y mencionan los nombres de la ex gobernadora de Yucatán y ex secretaria general del PRI, Ivonne Ortega, y la secretaria de Relaciones Exteriores, Claudia Ruiz Massieu.
Así las cosas. Lo que queda ver es cómo le harán el PRI y el Presidente para salir de este embrollo.