Sin duda, a Ricardo Anaya le cayó de perlas y aprovechó el viaje.
Pero lo que definió en última instancia que Gustavo Madero no se convirtiera en el presidente de la Cámara de Diputados fue el veto del PRI.
Y esa postura contra el de Chihuahua no provenía nomás de las pistolas de César Camacho. Incluye a quienes se sentaron una y otra vez a discutir, con Madero y los suyos, el famoso Pacto por México.
En esas reuniones –refieren lo mismo priistas que perredistas– se llegó al acuerdo de que en cuanto terminaran de discutirse las reformas en el Congreso y éstas fueran aprobadas, ya no habría más golpeteo de ninguna de las partes.
Pero Madero no cumplió, afirman los del tricolor: siguió cuestionando la “tóxica” reforma fiscal y “encareció” terriblemente la energética.
Así que en el PRI no tienen reparo en reconocerlo: sí, ellos vetaron a Madero para presidir la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados. No le darían su voto en el pleno. Y se lo hicieron saber al presidente de Acción Nacional.
Anaya, que tenía enfrente el dilema: Madero sí, o Madero no, vio solucionado el conflicto: dejar al ex presidente del PAN sin la representación de San Lázaro y, sobre todo, sacarlo de la jugada hacia la silla presidencial para 2018.
Porque eso es finalmente lo que está en juego y lo que trae furibundo a Madero, pues ya no ve cómo pudiera incorporarse al abanico de contendientes que ya asoman por el blanquiazul: Ricardo Anaya, Margarita Zavala y Rafael Moreno Valle.
¿Faltaría alguna corriente panista de verse representada en alguno de esos tres nombres?
Es lo que varios están midiendo, incluido el propio Madero, aunque, visto desde fuera, ya no se le ve la menor oportunidad. No desde la Cámara de Diputados, al menos.
Quizá desde Chihuahua –si el sobrino nieto de Francisco I. Madero no mira el espacio con desprecio– pudiera encontrar el modo de colarse.
En cuanto a Anaya, no se ve por qué debiera renunciar ahorita a la dirigencia del partido, pero, como dice Germán Martínez, debería “pactar” las condiciones para la cita de 2018.
Y, de paso, no excederse, ni irritar a sus compañeros con decisiones como la de apuntar a su paisana María Guadalupe Murguía para presidir la Cámara luego del turno –seis meses– de Javier Bolaños Aguilar.
Porque si no, también los suyos se la van a cobrar.
Reconocen la “sapiencia” de Camacho.- Bueno, ya nomás faltaron unos chinicuiles y dos que tres mezcales para celebrar el trabajo realizado por el mexiquense César Camacho al frente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) de la Cámara de Diputados.
El que llevó la voz cantante en los elogios al priista fue su sucesor en la coordinación de la Jucopo, el perredista Francisco Martínez Neri, quien abiertamente declaró:
“Esta tarde, los coordinadores hemos tenido una feliz coincidencia: hemos reconocido la conducción de los trabajos llevados a cabo en la Jucopo por parte de César Camacho; un político de altura, componedor por esencia, que manejó las riendas de la junta con sapiencia. Y eso, todos lo reconocimos hoy…”.
Gemas: la Novia de México, Vera Caslavska, quien se consagrara en los Juegos Olímpicos de México 1968 como la mejor gimnasta del mundo y se casara en la Catedral Metropolitana al son del Jarabe tapatío, falleció en su tierra, Praga, el 30 de agosto pasado.