El viernes 6 y el sábado 7 de noviembre, en Mérida, Yucatán, el presidente de la República de Cuba, Raúl Castro Ruz, realizará la primera visita de Estado a nuestro país desde que asumió el cargo en 2006.
Ha quedado atrás el prolongado periodo de enfriamiento entre México y Cuba, que comenzó durante el gobierno priista de Ernesto Zedillo; se prolongó y se enfrió aún más en el gobierno del “cambio sin rumbo” de Vicente Fox, por aquella estulticia del “comes y te vas”, y llegó a extremos cercanos al rompimiento durante la administración del “cambio con rumbo desconocido” de Felipe Calderón.
El viaje del mandatario cubano reviste un significado especial, en la medida en que ambos países mantienen una excelente relación tras el relanzamiento que iniciaron los gobiernos en noviembre de 2013.
Para valorar en su justa dimensión la visita de Estado del presidente Castro a México es necesario recordar que, a partir del triunfo de la Revolución Cubana, nuestro país ha mantenido relaciones cambiantes con el régimen encabezado por Fidel Castro y ahora por su hermano Raúl. A partir de la llegada de éste al poder y desde su periodo interino (31 julio de 2006 al 24 de febrero de 2008), señaló la necesidad de llevar adelante un proceso de reformas encaminadas a actualizar el modelo socialista cubano.
En los últimos 24 meses, la relación entre ambos gobiernos ha alcanzado una gran fluidez e intensidad en el diálogo político, el intercambio de experiencias y la concertación diplomática. La colaboración en múltiples asuntos entre los altos niveles de gobierno es prioritaria y constante. El 29 de enero del año pasado, tuvo lugar la visita de Estado del presidente Enrique Peña Nieto a Cuba, al término de la Segunda Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). En esta nueva fase, el diálogo entre los presidentes se ha continuado mediante mensajes y conversaciones telefónicas, y se caracteriza por la confianza recíproca.
La cooperación es uno de los nuevos símbolos de las relaciones de México con Cuba, lo cual fue visible con motivo de la III Reunión del Grupo de Trabajo México-Cuba, que se llevó a cabo en La Habana los días 28 al 30 de septiembre de 2015 y en cuyo marco sesionaron los Grupos de Cooperación para el Desarrollo (científico-técnico); Educativo-Cultural, y Económico e Industrial.
Con pocos países del mundo, México tiene una relación tan cotidiana y entrañable, por su profundidad, con Cuba que, dicho sea de paso, es el tercer socio comercial de México en el Caribe. En 2014 los intercambios sumaron 374 millones de dólares. A partir de la actualización del modelo económico de Cuba y el relanzamiento de las relaciones bilaterales, que dio lugar a la reapertura de la Consejería Comercial de ProMéxico en mayo de 2014, se ha registrado un incremento en el comercio y un marcado interés de empresas mexicanas por comercializar e invertir en Cuba.
Con la nueva Ley de Inversión Extranjera y el anuncio de la cartera de proyectos prioritarios en la isla, las empresas mexicanas buscan aprovechar estas oportunidades de inversión y tener presencia para poder enfrentar la competencia que sin duda vendrá de empresas de otros países.
México se mantiene como el octavo emisor de turistas a Cuba: de enero a junio de 2014, fueron 38 mil mexicanos a la isla, y para el mismo periodo de 2015, la cifra ya se ubica en más de 45 mil viajeros de México. Las autoridades y diversos actores del sector turístico de Cuba han expresado el interés de explorar el desarrollo de un “multidestino” con la integración del Caribe mexicano con Cuba.
Los tiempos, pues, están cambiando.
Agenda Previa
Los dos contendientes por la presidencia del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Benjamín Grayeb y Juan Pablo Castañón, hicieron suya aquella máxima que dice: ¡Para que nos agarramos a trancazos si podemos concertacesionar! Por ello, decidieron presentar a la consideración de la asamblea del CCE, la propuesta de una “candidatura de unidad” en la persona de Juanito.