De entrada, los expertos en materia petrolera califican de des-pro-por-cio-na-do el recorte de 100 mil millones de pesos al gasto de Petróleos Mexicanos, que anunció la Secretaría de Hacienda. Habrá que ver, sin embargo, cómo y cuándo lo van a aplicar y en qué áreas.
Para nadie es un secreto que la Secretaría de Hacienda no tiene visión del negocio petrolero. ¿Nada más de este negocio?, preguntan los malosos. Eso significa que serán los integrantes del Consejo de Administración de la nueva empresa productiva del Estado, quienes decidan si le cortan las patas, las alas, las piernas y otras partes del cuerpo a la “gallina de los huevos de oro negro”.
El actual titular de Pemex ha dicho que los nuevos lineamientos para que la empresa supere la grave crisis financiera en la que se encuentra son relativamente claros: reducir y eficientar los gastos corporativos y administrativos; profundizar el fomento a la competencia y garantizar la transparencia en la compra de bienes y servicios; mejorar la productividad y las eficiencias de costos; ajustar costos de producción; enfocarnos en los negocios que son rentables y los activos más estratégicos y, el más importante, priorizar los proyectos de inversión.
Según los especialistas, si se van a enfocar en los negocios rentables, la señal es que sólo se van a quedar con las áreas de Explotación y Refinación, y que se van a deshacer de la Petroquímica. Y si van a priorizar los proyectos, resulta lógico suponer que le van a dar marcha atrás a los de producción de fertilizantes (que el anterior director anunció con bombos y platillos días antes de que lo despidieran), así como los del etanol. Bueno, también habría que “recortar” las refinerías que son improductivas, además de estar sobrepobladas. Lo paradójico en este sector es que hay seis refinerías y el 52% de las gasolinas se está importando, comentan los que saben.
Si como dicen van a aprovechar al máximo las oportunidades que brinda la reforma energética, entonces hay que pensar que las asociaciones con los inversionistas nacionales y extranjeros serán la salvación de Pemex y del país. Antes de la debacle de los precios del petróleo, aquéllos le habían “echado el ojo” a los campos petroleros con los que se quedó Pemex en la llamada Ronda Cero, que en porcentaje representaban el 87% de los que rifó, pero no sabían cómo convencer a la empresa de que los invitara a participar. En aquel entonces todavía había la esperanza de que el precio del barril del petróleo no bajara de los 80 dólares, lo que permitiría a Pemex contar con suficientes recursos para explotar dichos campos. Hoy la empresa no tiene dinero, y los únicos que estarían dispuestos a explotar esos campos son los inversionistas privados.
¡Así que…!
Dicen los malosos que bajo la dirección de Emilio Lozoya, nadie supo bien a bien qué quería el gobierno de Petróleos Mexicanos, tal vez porque aquél no supo comunicarlo. Hoy, dicen los que saben, el nuevo titular, José Antonio González Anaya tiene muy claro lo que tendrá que hacer para que la “gallina de los huevos de oro negro” no se muera. ¡Dios los oiga!
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Algunos analistas financieros y bursátiles bisoños confiesan públicamente que no esperaban que las autoridades financieras incrementaran la tasa de interés medio punto, Bueno, por eso son bisoños. Pero los que dicen que saben, consideran que el aumento fue insuficiente; opinan que quienes decidieron sobre este importante asunto tuvieron medio de irse más arriba. No sería extraño, pronostican, que en los próximos meses Banco de México y Hacienda le den otro jalón a la tasa de interés.