Mañana martes tendrá lugar la licitación pública de los últimos cinco ingenios propiedad del gobierno federal, que administra el Fondo de Empresas Expropiadas del Sector Azucarero (FEESA). Casi una docena de inversionistas nacionales y extranjeros se disputarán las cinco fábricas (Plan de San Luis, Modelo, Potrero, San Miguelito y La Providencia) por las que pide unos cuatro mil 500 millones de pesos.

 

El negocio del “polvito blanco” es tan atractivo que quienes compraron en la primera licitación – efectuada en junio pasado, y en donde se colocaron cuatro ingenios– quieren más, y los que por error, temor, ignorancia o falta de un par de cositas no participaron, ahora buscarán, a toda costa, quedarse aunque sea con uno, según un sondeo realizado por nuestros servicios de inteligencia azucarera.

 

La información recopilada señala que por el ingenio Plan de San Luis estarían ofertando Promotora Industrial Azucarera (PIASA), que en la licitación anterior quedó fuera por un garrafal error de los apoderados legales; Beta San Miguel y el Grupo Zucarmex, quienes en la primera vuelta compraron un par de ingenios cada uno, podrían presentar oferta por la fábrica. Y para sorpresa de algunos agroyuppies, Alberto Santos de Hoyos, Betito, también podría entrarle, aunque dicen los que saben que nada más “está mosqueando la mercancía”.

 

Por el ingenio El Modelo, quienes podrían presentar oferta son Carlos Seoane, Grupo  Porres, American Sugar Refiners (ASR), PIASA, Ricardo Grapín (uno de los más importantes comercializadores de azúcar del país) y Grupo Azucarero México, que dirige Juan Cortina Gallardo.

 

Por El Potrero y San Miguelito (que se venden juntos) los tiradores podrían ser PIASA, Grupo Porres, ASR, Grapín y Beta San Miguel.

 

Y por la Providencia, estarían concursando PIASA, Porres, Grapín y ASR.

 

Lo más probable es que en la gran venta de ingenios azucareros del gobierno salgan todos, por lo que es la última oportunidad para quienes pretenden entrar al negocio de producir el “polvito blanco” por primera vez (como Ricardo Grapín, quien es el único que no tiene fábrica). Los demás buscarían ampliar su participación en el mercado nacional y extranjero.

 

Las unidades que se vendan mañana, mismas que se entregarán a los ganadores antes de finalizar este año, estarán en plena zafra, por lo que los nuevos dueños empezarán a recuperar su inversión de inmediato. Todos los ingenios están en condiciones financieras, laborales, de administración, de  operación… muy distintas a como las dejó el gobierno del “cambio con rumbo desconocido” de Felipe Calderón.

 

Hace casi tres años, el presidente Enrique Peña Nieto nombró a Carlos Rello como director del FEESA, no sólo para que administrara los nueve ingenios públicos que le quedaron al gobierno después de la expropiación de 2001, sino para que acabara con la corrupción que durante los dos sexenios panistas existió en ese organismo y les diera viabilidad financiera, comercial y laboral a las fábricas, y las pusiera tan atractivas como para poderlas vender.

 

En la administración de Rello, el organismo ha realizado ventas por 25 mil millones de pesos; ha logrado ahorros para el gobierno federal por varios miles de millones de pesos al aumentar la eficiencia de las fábricas, además de haber pagado casi todos los pasivos que le enjaretaron.

 

A los cuatro mil 500 millones de pesos –según los cálculos de los especialistas– que obtendría el gobierno en la licitación de mañana, habrá que sumarle tres mil 500 millones más de la ronda pasada, por lo que la gran venta haría un total de ocho mil millones de pesos, que así como andan las finanzas públicas caerían bastante bien.

 

Agenda Previa

 

Después de dos meses y medio alguien se acordó que la dirección del Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext) estaba acéfala, y decidieron nombrar a Alejandro Díaz de León, quien era director de Crédito Público de la Secretaría de Hacienda. Igual que la mayoría de los directores de la “banca del subdesarrollo”, no sabe nada del sector, pero pertenece al “club de amigos”.

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