Perplejos se quedaron los observadores políticos objetivos e imparciales cuando leyeron las sandeces del ex presidente Vicente Fox, quien advirtió que los candidatos independientes “son un grave riesgo para la población porque no obedecen a nada ni a nadie, y pueden salir como las cabras, que tiran para el monte y que nos salen con sorpresas…” ¡Como un servidor!, Le faltó reconocer.

 

Más perplejos se quedaron los observadores por las declaraciones de Jorge Castañeda, quien dándose baños de pureza recordó que en buena medida Fox fue un candidato ciudadano, siendo candidato formal de un partido, porque nunca le hizo caso al PAN. Y qué bueno que así haya sido, subrayó. ¡Más bien qué malo!, exclaman quienes afirman que las múltiples metidas de pata de Fox en su administración fueron por hacerle caso a sus “amigochos”, entre ellos Castañeda, a quien nombró canciller, le cumplió sus caprichos y le toleró sus equivocaciones. Algunos de los “Amigos de Fox”, como “Lino Corleone”, se dedicaron a hacer buenos negocios desde que arrancó su infausta administración.

 

La realidad es que Vicente Fox no sólo salió como los animalitos que tiran para el monte y salen con sorpresas, sino que resultó un “chivo en cristalería”, que decepcionó a quienes votaron por el “cambio sin rumbo”, apuntan los observadores.

 

No contento con la declaración de que los independientes son un grave riesgo para la población, Fox pareció dibujar su autorretrato al señalar: “Yo siempre digo que una cosa es andar echando frases y guerras y sombrerazos en las campañas electorales, para ganar electores, y otra cosa es sentarse en la silla a gobernar”.

 

¡Cállate, chachalaca!, le gritan los panistas que hoy se avergüenzan de haberlo incorporado como su candidato y  prestarle el partido para que llegara a la silla presidencial.

 

Agenda previa

 

Por el modus operandi, cualquiera podría pensar que Víctor Flores, dirigente del sindicato de trabajadores ferrocarrileros, podría ocupar la vacante que deje en el sistema penitenciario la ex maestra de la perversidad, Elba Esther Gordillo, ahora que le hagan efectiva la prisión domiciliaria.

 

En el nuevo PRI del siglo XXI parecen haber llegado a la conclusión que políticamente ya no le deben nada al dirigente, y económicamente menos; incuso hasta piensan que “le pagaron de más” por haberse enfrentado a los detractores del ex presidente Ernesto Zedillo, que ni priista era.

 

En el primer informe de gobierno de Zedillín, el diputado perredista Marco Rascón, disfrazado con una máscara de cochino, lanzaba diatribas contra el mandatario, lo que indignó al líder de los ferrocarrileros, quien le arrancó el disfraz y lo retó a golpes. Este hecho le valió a Flores admiración en su momento, y protección por varios años para seguir gastando a manos llenas las cuotas sindicales de los trabajadores, que son recursos públicos. Pero parece, nada más parece, que “ya le llegó su hora”.

 

En el Día Internacional de la Mujer, que se celebró ayer, no podía faltar el reconocimiento a las respetables damitas en el ejercicio del poder. El Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República destaca que en 2015, 22.4% de mujeres se desempeñaba en puestos directivos del gobierno. De las 30 dependencias de la administración pública federal, centralizada y paraestatal, seis de ellas tenían como titular a una mujer: Secretaría de Relaciones Exteriores, Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, Procuraduría General de la República, Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, Instituto Nacional de las Mujeres y Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia. En el Poder Legislativo, 36.7% de integrantes de la Cámara de Senadores son mujeres (47 de 128 legisladores). En la Cámara de Diputados, ocupan 42.4% del total de las 500 curules disponibles (212 diputadas). De los 11 miembros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación dos son mujeres. De los 32 estados del país, únicamente Sonora es gobernado por una mujer. En 2015, 9.4% de las presidencias municipales del país estaban a cargo de una mujer. ¡Y van por más!

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