La Secretaría de Hacienda tuvo que salir al paso de algunas declaraciones de funcionarios de la Secretaría de Energía, quienes no supieron explicar los alcances de adelantar la libre importación de gasolinas y diésel, a partir de abril próximo y no en 2018, como lo anunció el presidente Enrique Peña Nieto.
Y es que en múltiples entrevistas, los funcionarios de Energía dijeron que la medida, entre otras cosas, tendría como beneficio una baja en los precios de esos combustibles, pues habría competencia. Si bien es cierto los mismos funcionarios declararon que primero habrá que pedir los permisos de importación y de construcción de infraestructura (poliductos y estaciones de servicio, entre otras cosas), luego autorizaciones para la comercialización, se les enredaron las pitas cuando se refirieron al impacto en los precios al público, creando la expectativa de que con el solo adelanto de las importaciones iban a bajar. “Este nuevo modelo beneficiará a la industria y la población mexicana al establecer condiciones para que el consumidor tenga acceso a precios por debajo del máximo…”, dijo la Secretaría de Energía en un comunicado.
¡Si no es enchílame esta gorda!, exclamaron expertos en materia energética, quienes explicaron: La importación de gasolinas es para que lo más pronto posible haya una estación de servicio con otra marca; sin embargo, sólo impactaría, de manera más o menos rápida, a Monterrey y a las ciudades de la frontera norte. En el centro hay problemas de logística; los ductos de Pemex están saturados, por lo que hay que construir nuevos. De otro modo, no hay forma de traer la gasolina y el diésel a la Ciudad de México.
El martes pasado, la Secretaría de Hacienda tuvo que aclarar: “Con esta medida no se modifica ni el esquema fiscal ni el de precios máximos que aplica desde el primero de enero de 2016 a estos combustibles”. ¡Tómala, Pedro Joaquín!, dirían los consumidores.
“Es importante aclarar que las modificaciones a la Ley del IEPS aprobadas por el Congreso de la Unión en noviembre pasado establecen que el impuesto a los combustibles automotrices se paga en el momento de su importación o en su primera enajenación. Por lo tanto, un tercero que realice estas actividades pagará exactamente el mismo monto que el que Pemex paga actualmente. La apertura de las importaciones está encaminada a generar lo antes posible condiciones de competencia en la venta de combustibles, en beneficio en última instancia de los consumidores”, agregó el documento de Hacienda.
¡No se hagan ilusiones, consumidores!, es el mensaje. Pues entonces díganle al mago Chen Kai, perdón, al secretario de Energía y sus colaboradores, que incluyan en su repertorio mejores trucos, sugieren los observadores.
Agenda previa
Para nadie es un secreto que desde el principio de su administración, Miguel Ángel Mancera se apuntó como aspirante a la candidatura a la Presidencia, y que políticamente trabaja diariamente para conseguirla. Hoy, el PRI, el PAN y hasta Andrés Manuel López Obrador lo ven como candidato natural.
Aunque falta un buen tramo por recorrer, Mancera parece tener muy clara su estrategia para consolidarse. Los programas como Médico en tu Casa, que actualmente ya se puso en marcha en seis estados de la República, son una eficaz herramienta para lo que quiere. El empuje que le dará la creación de la Nueva Constitución para la Ciudad de México y el que dio a la reforma política, así como a su lucha por el aumento al salario mínimo, son otros elementos que lo han fortalecido.
“Será mi trabajo al frente del gobierno de la Ciudad de México el que hable, por el que la gente decidirá si me da o no su voto de confianza”, ha dicho Mancera. ¡Veremos pues!
El secretario de Hacienda incorporó a su equipo a Claudia Algorri, experimentada publirrelacionista que durante muchos años ha trabajado en el sector privado. Nadie sabe bien a bien cuáles serán sus funciones. Lo único cierto, informaron al columnista, es que no va a reemplazar a Pola Straus, quien es la directora de Comunicación Social de la dependencia y a quienes los malosos quieren “cafetear”.