Después de varias estrategias y experimentos fallidos en las últimas tres décadas, por lo menos, para potencializar el desarrollo económico de los estados del sur del país (Chiapas, Guerrero, Michoacán y Oaxaca), el Ejecutivo federal propuso una iniciativa de ley para hacer realidad, ahora sí, el sueño de más de 17 millones de personas que habitan en esa región de salir de la miseria, tener empleos bien pagados, mejor educación, más servicios de salud, vivienda…
Para ello, la mencionada iniciativa propone crear tres Zonas Económicas Especiales (Puerto Chiapas, Puerto Lázaro Cárdenas y Corredor interoceánico del Istmo de Tehuantepec) que ofrecerán, entre otras cosas, beneficios fiscales y laborales para estimular la inversión y la generación de empleos; facilidades para el comercio exterior; ventanilla única por zona para todos los trámites de gobierno, que agilice la instalación y operación de las empresas, financiamiento especial de la “banca del subdesarrollo”; infraestructura competitiva y muchas, muuuuchas cosas más.
Si el nuevo experimento que anuncian “pega”, los más de 17 millones de personas que conforman la población de esos cuatro estados empezarán a ver el progreso y el bienestar para sus familias dentro de cinco a 10 años. Si no es exitoso, pues van a seguir viviendo en las mismas condiciones y sin esperanzas.
¡Pero no hay que ser pesimistas! Zonas económicas especiales en el mundo hay muchas (tres mil 500, dice la información oficial). En Latinoamérica: se ubican en Manus, Brasil; Barranquilla, en Colombia, y Panamá, en la zona franca de Colón, que cuenta con dos mil 500 compañías. Asia: en China representan 22% de su PIB, reciben 46% de la IED y generan 30 millones de empleos; los Emiratos Árabes Unidos atraen 20% de la IED y albergan 7 mil 200 empresas; en Malasia generan 80% de la producción del país. En Europa están en Shannon, Irlanda, que registra un excedente comercial de tres mil 300 mde, y Letonia, que es la séptima mejor zona económica del mundo. África: se ubican en Kenia, Mauricio y Marruecos (Tangier).
En México, según las estadísticas oficiales, el sur tiene una gran riqueza, pero también una enorme pobreza y rezagos en diversos sectores.
Lo bueno: en 2015, los estados de Chiapas, Guerrero, Michoacán y Oaxaca concentraban el 14.4% de la población del país (17.4 millones; la mitad vive en comunidades menores a dos mil 500 habitantes). El 57% de su población es menor de 30 años. El 99% de la energía que producen Chiapas y Oaxaca es renovable. Michoacán es el primer lugar en producción agrícola y el primer productor de aguacate en el país. En la región del sur se concentra 70% de la biodiversidad de América septentrional.
Lo triste: El sur está notoriamente rezagado en todas las dimensiones. Dos de cada tres personas son pobres (66.9%) y 1 de cada 4 se encuentra en pobreza extrema (24.65%). El PIB per cápita es de 53 mil pesos contra casi 111 mil pesos del PIB nacional. Alto rezago educativo, elevado índice de analfabetismo. En salud, 75% de la población de los estados de la región sur tiene acceso a dichos servicios, mientras que a nivel nacional es el 81.8%. En vivienda, según Coneval, 9% de la población habita cuartos con piso de tierra (contra 3.2% nacional); 16% de las personas presenta problemas de hacinamiento (8.5% nacional). 17.4% no cuenta con conexión al drenaje (8% nacional) y 22.6% no dispone de agua potable (8.2% nacional). El 37% de los hogares usa leña o carbón para cocinar (13.4% nacional).
Hace prácticamente un año, el presidente Peña Nieto planteó la creación de tres Zonas Económicas Especiales en México con el objetivo de impulsar el desarrollo de las regiones más rezagadas del país y contribuir con ello a combatir la desigualdad y la inseguridad.
El éxito de las Zonas Económicas Especiales se basa en dos cositas: apoyos consistentes a los programas durante largos periodos y paciencia, mucha paciencia, dicen los enterados.
AGENDA PREVIA
A pesar de que todavía es temprano para hablar de candidatos a las 12 gubernaturas que se disputarán el próximo año, en Sinaloa el tema empieza a “agarrar color”. Dicen los que saben, no las casas de apuestas, que el PRI tiene de dos sopas: el candidato del Chilorio power, David López, quien no necesita presentación, y el actual secretario de Gobierno de Sinaloa, Gerardo Vargas Landeros, a quien se le puede calificar por sus resultados, sobre todo en materia de seguridad. Sinaloa no está hoy en los indicadores delictivos que causen alarma al gobierno federal, los funcionarios públicos responsables de los mismos están dando resultados que se han traducido en disminución de los delitos de alto impacto como el secuestro, el robo de vehículos, el homicidio doloso.
Habrá que esperar para saber qué dicen Manlio Fabio Beltrones y el verdadero líder del partido.