Nunca antes en la historia reciente de los gobiernos sexenales -de 1934 a la fecha- habían quedado "destapados" tantos aspirantes a la candidatura presidencial como ahora, cuando ni siquiera ha terminado la mitad de la administración.
De los cuatro partidos políticos con posibilidades de lanzar candidatos competitivos: PRI, PAN, PRD y Morena, el primero ya tiene en el arrancadero del derby presidencial a cinco suspirantes, y el último a uno, para 2018. A lo anterior hay que sumar a quienes tienen fundadas sus esperanzas en construirse candidaturas "independientes", apuntan los observadores, y documentan:
En este momento, el priista mejor posicionado para buscar "la grande" es el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, por su trayectoria y experiencia, a pesar de los graves y numerosos tropezones que ha tenido y seguirá teniendo en la súper dependencia a su cargo.
Detrás de él, otros tres integrantes del gabinete presidencial luchan a brazo partido para mantener vivas sus expectativas: el secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso, que ha bajado su perfil hasta hacerlo casi invisible; el secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer, que aparece sobreexpuesto en los medios con un alud de discursos y entrevistas y, por último, el secretario de Desarrollo Social, José Antonio Meade, que no quiere quemar la pólvora en infiernitos y ha preferido guardar sus armas (¿Cuáles?, preguntan los malosos) para esgrimirlas en un momento más adecuado y fructífero.
Fuera del gabinete, pero en una posición de fuerza política extrema, está el dirigente formal del PRI, Manlio Fabio Beltrones Rivera, quien, sin duda, reúne casi todas las condiciones necesarias para hacerse de la candidatura de su partido, excepto -por lo menos hasta ahora- la condición sine qua non de contar con el apoyo del Presidente de la República.
Desde la oposición de izquierda, Andrés Manuel López Obrador tiene prácticamente en la bolsa la candidatura del partido que fundó: el Movimiento de Regeneración Nacional, Morena, que sigue siendo fiel a sus consignas.
Por su parte, desde la oposición de derecha, el PAN sigue enfrascado en desgastantes pugnas internas y no parece tener prisa en comenzar a "placear" a sus posibles precandidatos, aunque el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, sigue montado en la fantasía de que él será el señalado por las cofradías blanquiazules.
Finalmente, está ya trepado en su caballo El Tornado, para colocarse en el arrancadero de la carrera, el gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón El Bronco, que quiere repetir la sorpresa de haber llegado al poder por la vía de una candidatura independiente de los partidos.
Por esa misma vía -la candidatura independiente- persigue un sueño imposible la respetable señora Margarita Zavala -ex inquilina de Los Pinos junto con su esposo, el ex presidente Felipe Calderón-, quien está dispuesta a sufrir un ridículo peor que el que padeció Josefina Vázquez Mota, aunque ésta logró la candidatura panista con el triste resultado de haber despeñado al PAN a un nada honorable tercer lugar en la elección de 2012.
¿Y el PRD? Bien, gracias.
Como diría el clásico: "No se hagan bolas, los precandidatos del PRI son Osorio Chong y Beltrones, y, por el lado de Morena, López Obrador".
Así las cosas. Es apenas lógico preguntarse: ¿Se han devaluado las precandidaturas presidenciales?
Agenda Previa
Después de 15 años de fructífera labor, Alejandro Rodríguez dejó la Dirección de Comunicación Social de Nacional Financiera -una de las instituciones de la “banca del subdesarrollo”, para quienes lo hayan olvidado-, para emprender otros proyectos en el sector privado.
Dicen en Quintana Roo que si efectivamente en la selección de candidatos a las gubernaturas para 2016 se da “el entreveramiento generacional” que propone el PRI del siglo XXI, el beneficiado podría ser Víctor Alcérreca, quien fue director del Instituto Mexicano del Petróleo, diputado federal y secretario de Gobierno, entre otras importantes responsabilidades. ¡Habrá que ver qué dice “BB”!