El Gobierno mexicano había recuperado la respiración de tranquilidad cuando, de manera inopinada, el presidente Donald Trump aceptó la propuesta de la presidenta Sheinbaum de pausar un mes la aplicación de castigos arancelarios para dar tiempo a la preparación de operativos contra el narcotráfico.

Pero menos de una semana después de esa victoria mexicana -como la manejó en argumentación el entorno de Palacio Nacional- Trump se sacó de la manga una directriz del Departamento de Justicia para ordenar al Departamento de Estado el inicio de operativos con el propósito de aniquilar a los cárteles mexicanos del narcotráfico que operan como células autónomas dentro de Estados Unidos.

La Casa Blanca no debe esperar siquiera que le hagan estudios sobre el escenario de esos cárteles. Desde 2005, las evaluaciones de la DEA sobre amenazas del narcotráfico han revelado con nombre y apellido que nueve cárteles mexicanos tienen el control de recibir el contrabando de droga, distribuirlo en los 50 estados de la Unión, operar la venta al menudeo en las calles y lavar en el sistema financiero estadounidense el producto del tráfico de drogas.

Lo que tiene que preverse es el efecto cucaracha de las operaciones de Trump contra los tres principales cárteles mexicanos dentro de EU que controlan el narcotráfico: Sinaloa, Jalisco y Los Zetas. Cerrar el mercado norteamericano a las sedes centrales de los cárteles en México creará una distorsión económica y de seguridad en territorio mexicano, y allí es donde se espera que el Gobierno mexicano primero tenga la decisión de destruir las estructuras sociales, políticas y delictivas de los cárteles y luego prevea algún programa emergente para resistir la respuesta de guerra que darán los delincuentes.

Trump adelantó su decisión contra los cárteles mexicanos en Estados Unidos cinco días después de haber dado un plazo de 30 días y ahora le corresponde a México mostrar su estrategia de respuesta.

 

Zona Zero

  • La argumentación de López Obrador en el sexenio pasado de que la destrucción de las estructuras del narco iba a generar violencia peor que la de los gobiernos de Peña Nieto y Felipe Calderón aquí ya no queda ni siquiera como variable a analizar: si Estados Unidos lanza una gran ofensiva en su territorio contra los cárteles, en las oficinas sede en territorio mexicano de esas organizaciones habrá un desajuste que desde luego incrementará la violencia porque disminuirá el mercado de venta ilegal de drogas en EU.

 

(*) Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.

seguridadydefensamx@gmail.com

www.seguridadydefensa.mx

@carlosramirezh

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *