Como en seguridad tampoco hay coincidencias, entonces algunas acciones deben ser entendidas como un cerco que se establece alrededor de Ovidio Guzmán López y el Cártel de El Chapo.

Primero fue la recompensa que ofreció Estados Unidos para atrapar a Ismael El Mayo Zambada, el jefe delegado del Cártel de Sinaloa, para cubrir la ausencia de El Chapo por su condena de por vida en una prisión estadounidense.

Luego llegó el sobresaliente operativo del Ejército, la Guardia Nacional y la Fiscalía General de la República para arrestar al capo Armando N. El Inge, uno de los líderes del Cártel de El Chapo y asegurar una carga de 118 kilogramos de pasta de fentanilo, además de dinero, vehículos y armas.

Se agregó la semana pasada la recompensa que ofrece el Departamento de Estado de cinco millones de dólares por información que lleve a la captura de Aureliano Guzmán Loera El Guano, hermano de El Chapo.

También sigue vigente la solicitud de arresto con fines de extradición de Ovidio Guzmán López, hijo de El Chapo y presunto responsable del contrabando de fentanilo a EU.

Y la esposa de El Chapo, Emma Coronel, fue arrestada después de andarse luciendo en la vida social estadounidense.

El problema, sin embargo, sigue latente: la estructura del Cártel de Sinaloa no ha sido lastimada ni desarticulada por las acciones gubernamentales y en los

hechos sigue operando sin la dirección directa de El Chapo.

De todos modos, la ofensiva contra el Cártel de Sinaloa ha entrado en los territorios de operaciones cuando menos articuladas entre autoridades estadounidenses y mexicanas.

Por lógica de seguridad, el cerco contra la banda de El Chapo debe ser el inicio de operativos hacia el Cártel Jalisco Nueva Generación, el Cártel del Golfo, Los Zetas y las células sobrevivientes del grupo de los Beltrán Leyva, todos estos grupos responsables del tráfico y venta de droga al menudeo dentro de Estados Unidos.

Zona Zero

  • La capacidad operativa de los cárteles no termina en los liderazgos; mientras autoridades de México y EU cercan al Cártel de Sinaloa, esta banda delictiva expande sus redes hacia el Caribe y sobre todo desata la violencia para apoderarse de la zona turística y dolarizada de Cancún y algunas áreas de la península.

 

(*) Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.

seguridadydefensa@gmail.com

www.seguridadydefensa.mx

@carlosramirezh