Si nos atenemos a los criterios del presidente Trump y del Departamento de Estado de que se aplicarían castigos arancelarios a México si no daba resultados en la lucha contra el fentanilo y los cárteles del narcotráfico, entonces hasta el día de hoy viernes, en la Casa Blanca existe la percepción de que la posibilidad de aranceles mañana sábado 1 de febrero sería su percepción de que el Gobierno de la presidenta Sheinbaum no ha atendido las exigencias americanas.
Las informaciones públicas han dado datos de decomisos muy importantes de drogas y sobre todo de fentanilo, pero en la Casa Blanca no se están conformando con esas noticias sino que están a la espera de información precisa que indique que el gobierno mexicano está atacando -y no habría otra palabra- las sedes del Cártel de Sinaloa y del Cártel Jalisco porque estas dos organizaciones delictivas son las responsables de la producción de esa droga química y su envío por contrabando a Estados Unidos.
Lo que decida mañana sábado el presidente Trump será clave para entender si realmente tiene la decisión de usar todo el instrumental de presiones contra México para obtener resultados concretos: arresto de capos de esos dos cárteles, destrucción física de laboratorios y sobre todo evidencias concretas de aniquilación de los espacios territoriales que controlan esas dos organizaciones en los estados de la zona norte mexicana desde donde envían la droga a EU.
El gobierno estadounidense se dio cuenta de que los encarcelamientos de los principales capos de esos dos cárteles no han sido suficientes para bajar de manera sensible la producción y contrabando de drogas y de fentanilo. Los arrestos del Chapo y sus hijos, del Mayo Zambada y de familiares de El Mencho no han roto con las estructuras productivas de droga.
Y ese sería el argumento de Trump para aplicar mañana sanciones a México. O no hacerlo y reconocer que estuvo alardeando.
Zona Zero
- Las respuestas en diferentes tonos de México de que el país está preparado para responder a las sanciones arancelarias de EU estarán mandando una respuesta indirecta, pero muy clara, a la Casa Blanca de que la política de seguridad respecto a los cárteles productores y contrabandistas de fentanilo no variará en su enfoque de no aprobar ninguna ofensiva de seguridad que desestabilice los ya desestabilizados estados donde esos dos cárteles tienen el control territorial de buena parte de la vida cotidiana.
(*) Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.
@carlosramirezh