El margen de razones políticas locales, de grupo gobernante y de partido, la designación de Alejandro Encinas Rodríguez como representante de México ante la OEA hubiera tenido por ahí algunos hilitos de interpretación geopolítica que de alguna manera despertaran a la política exterior nacional del letargo en que ha estado invernando en los años de la 4T.
La configuración del pensamiento y acción política de Encinas era significativa, porque había podido mantener un discurso social de izquierda en modo de socialdemocracia radical, en tanto que la izquierda socialista ha muerto en México desde que el Partido Comunista Mexicano de Arnoldo Martínez Verdugo le regaló el registro legal a la Corriente Democrática del PRI poscardenista para fundar el PRD en modo de priismo social reciclado.
A pesar de su presencia en altos niveles de Gobierno, Encinas había presentado análisis y posicionamientos de razonamiento de izquierda. De ahí la importancia de que llegara al último campo de batalla de la OEA, pero lamentablemente arribó sin un discurso diplomático nacionalista y progresista de México y sin ninguna posibilidad ni capacidad para alianzas internacionales en un momento de reconstrucción de bloques ideológicos.
Poco o nada podrán hacer Encinas en la OEA si Palacio Nacional, la Cancillería y el Senado carecen de un posicionamiento ideológico respecto a la crisis política en Venezuela, en Bolivia, en Brasil, en Nicaragua, en Cuba, en la Unión Europea y en el bloque China-Rusia-India-Corea del Norte-Irán.
Por sí mismo es obvio que Encinas no representará ninguna posición personal a partir de su figura coherente con la izquierda, por lo que podrían confirmarse las hipótesis de que no fue un cargo con misión diplomática y de política exterior sino un exilio incómodo para sacarlo de la reconfiguración de grupos de la 4T con miras a las elecciones legislativas, de gobernadores y presidenciales.
Zona Zero
- No se analizó a fondo la revelación del The New York Times de la semana pasada respecto a que funcionarios mexicanos y presuntos altos miembros del narcotráfico estaban confiados en que Estados Unidos no podría invadir militarmente a México para destruir a los cárteles. El diario neoyorquino dice que platicó con miembros de los cárteles y ahí recibió el razonamiento. Mientras tanto, en la Casa Blanca siguen filtrando información de que están preparados para incursiones militares en México contra nidos del narco.
(*) Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.
@carlosramirezh