Aunque hay pruebas contundentes que revelan los comportamientos superficiales del presidente Donald Trump y adelantan las dificultades para cumplir con todas sus promesas migratorias, de todos modos se tendrá que reconocer que los gobiernos de López Obrador y Sheinbaum le apostaron mal en las dos elecciones de Trump.

Hay que recordar que los estrategas de Morena estuvieron seguros de que las elecciones de 2016 las ganaría Hillary Clinton, así como dejaron entrever en 2024 que la candidata demócrata Kamala Harris tenía posibilidades de llegar a la Casa Blanca como presidenta.

Pero el problema no fue jugar en esa cancha, sino eludir la construcción de escenarios hipotéticos en caso de que Trump ganará ambas selecciones. Por eso López Obrador tuvo que someterse a la fuerza bruta de Trump en la revisión adelantada del tratado para convertirlo en T-MEC y la presidenta Sheinbaum parece también carecer de opciones.

En las relaciones bilaterales está claro que Estados Unidos tiene la sartén por el mango y que ha perdido eficacia el nacionalismo defensivo que históricamente le permitió margen de maniobra a México. En la realpolitik, los instrumentos del Tratado los tiene controlados Washington y México tendrá que someterse a esas reglas perversas del juego.

El problema de México en la actualidad radica en que el Tratado no generó el empleo y el bienestar para todos los mexicanos y cientos de miles tuvieron que irse ilegales a Estados Unidos y luego se cometió el error de azuzar a otros migrantes para empujarlos hacia territorio estadounidense. Por eso hoy se están pagando las facturas que no debieron siquiera de considerarse en la relación bilateral.

López Obrador y Sheinbaum están queriendo jugar con una política exterior antiestadounidense, pero dependiendo de EU con un T-MEC sin instrumentos de desarrollo y por ello tendrán que aceptar, por la buena o por la mala, las decisiones de Trump en materia migratoria.

 

Zona Zero

  • Aquí se ha insistido que el principal problema de los cárteles del narcotráfico en EU está dentro de Estados Unidos, porque hasta la DEA ha reconocido que nueve cárteles mexicanos controlan el contrabando, el tráfico, la distribución en territorio americano y la venta al menudeo de droga. Y que esos cárteles en EU son ya estructuras autónomas de poder. Así que Trump bien podría comenzar a combatir a los cárteles del narcotráfico mexicanos dentro de Estados Unidos.

 

(*) Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.

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@carlosramirezh

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