Aunque no se trató de una denuncia formal, de todos modos, debe haber sonado fuerte la declaración en la secretaria mexicana de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, en el marco del diálogo de alto nivel México-Estados Unidos:
“Estados Unidos tiene un complicado problema de salud pública por consumo de fentanilo y en algunas zonas México enfrenta la violencia por la violencia entre grupos criminales y producto de la venta de drogas: se abastecen con dinero y armas del otro lado de la frontera (EU). Es un círculo vicioso del que sólo podremos salir si ambas naciones trabajamos de la mano”.
En esta columna hemos insistido en que el problema de la droga involucra, desde luego, a los países y comunidades productoras de los estupefacientes, pero que en el fondo se trata de un problema en el que la demanda de droga para el consumo determina la oferta, una ley económica que viene desde tiempos del premio Nobel Milton Friedman, hacia mediados de los setenta.
No se tiene claro si el Gobierno de EU ha razonado con seriedad el problema de la droga. Cuando el presidente Nixon cerró la frontera californiana en 1969 para revisar auto por auto en busca de droga, la acusación americana se basó en el criterio de que México era un “trampolín” para las drogas hacia Estados Unidos, pero el presidente Díaz Ordaz respondió que, en todo caso, EU era la alberca.
A lo largo de más de medio siglo, Estados Unidos ha exigido de manera consistente que México combata con mayor seriedad al crimen organizado que produce drogas, pero los consumos por parte de la sociedad estadounidense siguen sin ser afectados ni molestados, lo que llevaría a un escenario parcial en el que siempre existirá un grupo delictivo que se organice para atender la demanda de los consumidores americanos.
Zona Zero
- Y queda abierto el expediente del tráfico de drogas de México a Estados Unidos con los reportes de la DEA desde 2005 que han señalado que nueve cárteles mexicanos operan con autonomía y poder dentro de Estados Unidos y son los encargados de contrabandear droga, distribuirla en los 50 Estados Americanos y vender los productos al menudeo en las calles y a la vista de las autoridades de Norteamérica. De acuerdo con esas informaciones de la agencia antinarcóticos, el Cártel de Sinaloa dentro de Estados Unidos es el más importante traficante de cocaína y fentanilo y opera con impunidad.
(*) Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.
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@carlosramirezh
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