La información de la presidenta Sheinbaum de que el presidente Trump le solicitó autorizar que Fuerzas Armadas estadounidenses entraran a México a combatir a los cárteles del narcotráfico fue el primer paso formal de algo que se venía ya preparando desde la primera presidencia de Donald Trump.
La sola solicitud formal y a nivel presidencial reveló lo evidente: que Estados Unidos considera —aunque en los hechos no sea así— que México no es capaz de destruir la infraestructura física, productiva, criminal y política de cuando menos seis cárteles del narcotráfico mexicano que fueron ya acreditados por el Departamento de Estado como narcoterroristas.
La exigencia de la Casa Blanca en realidad es de geopolítica y seguridad nacional. Las cifras mexicanas de decomisos de fentanilo, de destrucción de cientos de laboratorios y de arrestos de estructuras intermedias de los cárteles debieran ser suficientes para entender que aquí no hay pasividad, pero que los ritmos de lucha contra el narcotráfico deben de tener cuidado para no darle de escobazos al panal delictivo y repetir la guerra fallida del Gobierno de Felipe Calderón.
Pero también se tiene que analizar esa solicitud en términos estratégicos: nada va a satisfacer la exigencia estadounidense de destruir los cárteles del narco de México si no se centran en la entrega —de acuerdo con la percepción americana— de figuras políticas locales que están protegiendo a las organizaciones criminales, algo, por cierto, que no es nuevo porque el PRI de 1984 a 2000 tenía el control de los principales capos del narco.
La solicitud militar del presidente Trump a la presidenta Sheinbaum tendrá repercusiones en la negociación de los aranceles, porque en la Casa Blanca consideran que es la única manera en qué pueden debilitar a México en su nacionalismo. Los datos obvios revelan que Trump seguirá jugando al gato y al ratón con los aranceles para negociar decisiones de seguridad militar y de seguridad nacional.
Zona Zero
- Mientras Estados Unidos tiene en su poder a El Chapo y a El Mayo y ha recibido ya información de los políticos sinaloenses que los apoyaron en esa entidad, Morena dio un paso audaz para castigar al presidente municipal de Ahome, Gerardo Vargas Landeros, por presunta corrupción en compra de patrullas, pero favoreciendo al gobernador Rocha Moya que está en la lista estadounidense de apadrinamiento del Cártel del Pacífico.
(*) Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.
@carlosramirezh
