La oposición en el Senado perdió la gran oportunidad –una más— de asumir una corresponsabilidad en políticas públicas: en lugar de ganar un espacio en el rediseño de la estrategia de seguridad, se dedicó a fustigar al general secretario de la Defensa hasta el nivel del regaño y la falta de respeto
El sistema mexicano de Gobierno es presidencialista, no parlamentario. Fue Juárez el que abrió los espacios de diálogo con el envió de reportes e informes y el Presidente tenía la función de inaugurar el periodo ordinario en septiembre con un informe hablando.
La oposición perredista y priista no solo repudió esa práctica en 2001, sino que le impidió al presidente Vicente Fox la entrada a la Cámara, olvidando que el concepto de parlamento viene de la palabra parlamentar, es decir, negociar.
En lugar de reformar las prácticas de diálogo entre los dos poderes, el PAN y la oposición sin partido, usaron la presencia del general secretario en la comparecencia de la secretaria de Seguridad para insultarlo y, de paso, ensuciar el papel de las Fuerzas Armadas.
La representación popular del legislativo confiere a los parlamentarios funciones de contrapeso y vigilancia, no de poder superior basado en el regaño. La comparecencia de la secretaria Rosa Icela Rodríguez fue muy clara: una civil como jefa del gabinete de seguridad entregando cuentas a los legisladores, pero teniendo como respuesta el regaño, el insulto.
Se perdió, pues, una oportunidad para que el Legislativo ejerciera su papel supervisor para negociar ajustes en la estrategia de seguridad. Cada acción autoritaria de la oposición cierra los espacios de los entendimientos.
Zona Zero
- La comparecencia de la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana mostró el doble escenario de la crisis: por un lado, cifras contundentes de afectaciones a los cárteles y sus negocios, pero, por otro lado, se están conociendo las evidencias de que el crimen organizado está creciendo y operando.
Si por un lado los golpean y por el otro se fortalecen, algo está fallando en la estrategia de seguridad.
Los miles de tentáculos del crimen organizado y de la delincuencia callejera plantean la necesidad de una variante de mayor efectividad en la estrategia. Pero los senadores de oposición no querían influir, sino regañar.
(*) Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.
@carlosramirezh