Sí, tráfico, pero la clave es consumo
 

Un estado de ánimo en modo de pánico ha hecho presa de algunos funcionarios del Gobierno mexicano por el anuncio formal -dicen que pasado mañana miércoles 19- de que los cárteles del narcotráfico serán considerados como terroristas por el Departamento de Estado.

En la lógica burocrática, ese estatus implicaría la decisión de Estados Unidos de invadir militarmente México para atacar las posiciones territoriales de los cárteles y arrestar en modo extraterritorial a los capos.

Sin embargo, del dicho al hecho siempre hay mucho trecho. Entre las organizaciones que forman parte del listado de narcoterroristas de EU se encuentran, en efecto, grupos dedicados al terrorismo, con Al Qaeda e ISIS. En un nivel prioritario, pero EU no ha invadido las zonas del Medio Oriente donde sobreviven esos grupos y sólo utiliza la caracterización como amenaza.

Cuba estaba en la lista de país que financiaba al terrorismo, el presidente Biden la retiró horas antes de entregar el poder y el presidente Trump volvió a meterla en esa lista maldita. Pero en el tiempo que estuvo de manera formal, Estados Unidos nunca pensó en invadir a la isla para destruir ese modelo de financiar terroristas.

Si se formaliza la caracterización de narcoterrorismo, en todo caso esa decisión servirá para presionar al Gobierno mexicano y, de muchas maneras, obligarlo a programas específicos no para aumentar decomisos ni para apañar a algunos capos desconocidos, sino para dos propósitos fundamentales: destruir las zonas territoriales de habitaciones y laboratorios del narco sobre todo en Sonora y zonas aledañas y castigar a políticos que han sido señalados como cómplices de los cárteles.

En los hechos, ningún Gobierno mexicano ha permitido que fuerzas armadas estadounidenses penetren en territorio mexicano para destruir nidos de delincuentes. Pero podría comenzar a filtrar nombres de narcopolíticos.

 

Zona Zero

  • La última incursión de tropas estadounidenses en México ocurrió de marzo de 1916 a febrero de 1917, cuando tropas al mando del general Pershing se metieron a la fuerza en territorio mexicano para perseguir a las gavillas de Villa que habían atacado la población estadounidense de Columbus, en Nuevo México, aunque sin atrapar a nadie. Queda como una anécdota que un militar estadounidense de esas tropas se enamoró de una sonorense y se casó con ella y dieron a luz a un niño que se convirtió en el mítico jefe del contraespionaje de la CIA: James Jesús Angleton.

 

(*) Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.

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@carlosramirezh

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