Pues como no hay plazo que no se cumpla ni fecha que no llegue, el día de ayer el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, anunció la primera licitación de la Ronda Uno, en donde podrán participarempresas nacionales e internacionales para explorar, y eventualmente extraer petróleo, gas y otras cositas en aguas someras, bajo la modalidad de contratos de producción compartida, en donde se estima una inversión superior a los 50 mil millones de dólares durante el periodo 2015-2018.
Hecho histórico para nuestro país, pues antes de la expropiación petrolera de 1938, el gobierno otorgaba concesiones discrecionalmente, en lo oscurito, a las empresas privadas, y luego, asignaciones directas a Petróleos Mexicanos, recordó el secretario. Pero eso o se acabó.
Los participantes tendrán acceso a la misma información por un plazo de seis meses de acuerdo con la práctica internacional, con lo que se garantiza piso parejo para todos.
La Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) realizará la licitación y adjudicación de los contratos y, una vez asignados procederá a su administración. Los acuerdos, resoluciones y minutas de la CNH serán públicos. Los contratos serán adjudicados también en sesiones públicas transmitidas en tiempo real por internet.
El Fondo Mexicano del Petróleo para la Estabilización y el Desarrollo, fideicomiso del Banco de México, será el encargado de realizar los pagos derivados de los contratos y de percibir los ingresos por derechos y contraprestaciones. ¡Para que nadie se clave la lana! Estos recursos se destinarán al Presupuesto de Egresos de la Federación, al ahorro de largo plazo y a rubros específicos, como pensiones y becas para estudiantes.
Este nuevo modelo regulatorio es un auténtico sistema de pesos y contrapesos, ausente de criterios discrecionales y en el que las decisiones del Estado se hacen públicas, de tal suerte que se garantizará la más absoluta claridad, reiteró Pedro Joaquín Coldwell.
En la página de Internet los concursantes y los ciudadanos tendrán información pública de primera mano sobre las condiciones específicas, el contenido del contrato y sus anexos, así como los criterios para la adjudicación de superficies y campos donde hay potencial para extraer petróleo y gas. El procedimiento incluye una etapa de precalificación, que asegurará que los finalistas tengan experiencia probada y recursos humanos, técnicos y financieros suficientes. Ganarán las empresas que otorguen el mayor pago para el Estado y el mayor compromiso de inversión.
Ante un ambiente adverso, ya no será el Estado mexicano el único que concentrará los riesgos. Ahora, los mexicanos podremos acceder a capital y tecnología para aprovechar con mayor eficiencia nuestros hidrocarburos, prometió Don Pedro Joaquín.
¡La nueva era petrolera para México ya llegó, ya está aquí!
Bueno, también hay que decir que con la baja de los petroprecios que al parecer llegó para quedarse por lo menos un buen rato, el impacto de la reforma energética en el Producto Interno Bruto no será el mismo que presumió la Secretaría de Hacienda cuando el Legislativo la aprobó. Habrá que ajustarlo a la baja, dicen los expertos, quienes recuerdan una moraleja: Nunca sobre vendas un argumento o una estrategia.
AGENDA PREVIA
En un capítulo más del culebrón “la grilla por la silla” en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se informa que como en la ronda infantil, de los cinco aspirantes que teníamos ya nada más quedan cuatro, y de éstos sólo dos, según los especialistas, tienen realmente oportunidad de conseguirla, considerando experiencia, trayectoria, prestigio y otras cositas. Ellos son Luis María Aguilar Morales y Jorge Mario Pardo Rebolledo. Bueno, aunque los misóginos no la incluyen, la que también acumula todo lo anterior es la ministra Margarita Luna Ramos, aunque dicen los malosos que sólo tiene un voto: El de ella misma.
