Uno de los grandes contrastes que notamos entre el gobierno de Felipe Calderón y el de Enrique Peña Nieto fue la capacidad de este último en la conducción de la agenda pública y la serenidad que se transmitía a través de los medios de comunicación.

 

Pero ésta ya se perdió. Y no sólo por lo ruidosas que fueron las campañas políticas con vistas a las elecciones del próximo domingo. De hecho, anda patas p’arriba de unos tres meses para acá.

 

Los temas relacionados con la inseguridad y la delincuencia organizada han vuelto a las primeras planas. Escándalos políticos vía grabaciones o filtraciones emergen cuando menos se lo esperan. Protestas, cierres de carreteras, problemas con el agua han pasado de ser problemas locales y alcanzan espacios importantes en los principales noticieros.

 

La atención periodística brinca de un asunto a otro día con día: Del pleitazo entre los senadores del PAN y Gustavo Madero, a la detención del ex gobernador de Tabasco, Andrés Granier; de la Cruzada contra el Hambre al “no te preocupes, Rosario”; del escándalo de videos en Veracruz al impasse en el Pacto por México; de la promulgación de la Ley de Telecomunicaciones al subejercicio presupuestal; de la desaparición de 12 jóvenes en el Heaven After en el DF, al “secuestro virtual” de unos niños de kínder en Cuernavaca.

 

Muchos son los ejemplos de lo que acontece cotidianamente y rebasa con mucho los intentos del equipo de Peña Nieto por posicionar una interlocución ordenada. Más cuando del presidente de la República se ofrece la mayoría de las veces el mismo cartabón: Peña Nieto en un pódium, Peña Nieto anunciando algo.

 

Sólo que sus anuncios, a siete meses de gobierno, ya no son tan espectaculares. Tendrán que pensar en algo mejor para ahora que pasen las elecciones del próximo domingo y amaine el ruido, si es que los conflictos postelectorales no suben de tono y la terca realidad pesa más que las buenas intenciones hasta ahora anunciadas por el nuevo gobierno.

 

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SÓLO CON DICTÁMENES COMPARTIDOS.-  Miguel Barbosa contó ayer que el lunes se reunió con Emilio Gamboa y con Jorge Luis Preciado, que platicaron sobre los dos periodos extraordinarios previstos y que los tres coordinadores parlamentarios quedaron en que no irían a ningún periodo extraordinario si antes no había dictámenes compartidos por las dos Cámaras: la de diputados y la de senadores.

 

Tal declaración tenía un motivo: que en estos momentos las Cámaras están dictaminando por separado. Y sabido es que en algunos casos no han estado de acuerdo entre lo que se aprueba en una o la otra.

 

Así que, o se coordinan, o no habrá periodos extraordinarios. Eso fue lo que dijo.

 

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EVALÚAN DESDE DÓNDE SEGUIR LAS ELECCIONES.- Una parte del equipo del dirigente del PRI está porque César Camacho haga el seguimiento de los comicios desde Baja California. Pero otra prefiere que se quede en el Distrito Federal porque desde aquí puede seguir el proceso en los 14 estados, además de que, en caso de perder Baja California, podría “administrar” mejor la información.

 

Del lado del PRD también están evaluando si Jesús Zambrano se desplaza a alguna entidad o no el domingo. En sus escenarios tienen contemplada la posibilidad de que vaya a alguno de los estados -Quintana Roo o Veracruz- donde consideran podría haber conflicto.

 

Gustavo Madero, del PAN, sí tiene claro que será en el Distrito Federal donde siga la jornada electoral a partir de las seis de la tarde. Lo único que evalúa en estos momentos es si podrá ir a votar a Chihuahua en la mañana y volver a tiempo a la Ciudad de México. Dependerá de los vuelos.

 

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GEMAS: Obsequio del ex Presidente Felipe Calderón ante periodistas españoles que le apremiaban por una entrevista: “No quisiera hacer declaraciones. Estoy en año de voto de silencio. Quiero ser cuidadoso y por lo menos un tiempo estar así”.

 

@marthaanaya | anayamar54@hotmail.com

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