Van dos semanas seguidas que desde el semanario Desde la Fe -órgano oficial de la Arquidiócesis Primada de México- los señores de las sotanas se muestran con el semblante descompuesto.
Primero fue a propósito de la detención de Joaquín Guzmán Loera. O para ser más precisos, por la convocatoria de los culiacanenses para marchar a favor del líder del Cártel de Sinaloa -la chapo-marcha le llamaron- y exigir su excarcelación.
Marcha, por cierto, que desembocó en la catedral de la capital sinaloense. Hecho que dio mucho qué decir y qué pensar al respecto.
Según el editorial del semanario del 2 de marzo, la iglesia de Culiacán -encabezada por monseñor Jonás Guerrero Corona, protestó de inmediato y calificó como un acto “inmoral”, el haber usado una “fachada religiosa” (la catedral) en la marcha a favor de El Chapo.
Incluso anotó que no sólo era reprobable esta apología del delito, sino que también surgían preguntas ineludibles como: “¿Quiénes están a la cabeza, protegen y operan la estructura criminal de El Chapo? ¿Quiénes estuvieron detrás de la marcha? ¿Qué autoridades solaparon la convocatoria? ¿Quiénes fueron corrompidos por el dinero de El Chapo para apoyar la narcomarcha?
Eso expresa el editorial, aunque a decir de otros medios de comunicación, la reacción de la Iglesia no fue tal como la narra el editorial en Desde la Fe, pues dan cuenta de cómo el obispo de Culiacán trató de evitar hablar sobre la chapo-marcha y salió por peteneras hablando sobre la desintegración de la familia.
El obispo de la diócesis de Mazatlán, Mario Espinoza Contreras, expresaría inclusive otra posición sobre las chapo-marchas realizadas en Mazatlán y Guamúchil:
“Nuestra posición es que los movimientos siempre deben buscar lo más adecuado, lo más conveniente, lo más valioso. Es razonable, pues, esa petición que hacían estos manifestantesde que (Guzmán Loera) sea juzgado con toda propiedad, con respeto a los derechos humanos”, declararía.
En fin, quedémonos por ahora con la mera reacción de molestia expresada en Desde la Fe y pasemos al siguiente capítulo.
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GOBERNANTES EXTRAVIADOS.- El título del editorial de ayer en el semanario Desde la Fe es precisamente ese: “Gobernantes extraviados”.
Utilizan el plural, aunque en realidad el escrito va dedicado a un solo personaje: el gobernador de Morelos, Graco Ramírez.
En éste cuentan cómo el obispo de Cuernavaca, monseñor Ramón Castro Castro -siguiendo las indicaciones del papa Francisco de dejar la comodidad del templo para ir hacia la gente-, encabezó una marcha multitudinaria “a favor de la paz y la familia”
Y acusan que la reacción del gobierno de Morelos ante el “inesperado éxito” de la marcha “ha sido patética”, pues “en lugar de sumarse a la expresión pública de la legítima”, se ha lanzado “haciendo gala de una total intolerancia, contra la participación del Obispo, calificando la marcha como de asuntos religiosos o confesionales”.
Más aún, advierte el órgano oficial de la Iglesia católica, el gobernador “ha respondido con la amenaza de legalizar el crimen del aborto en la entidad”.
Cierto que hay un problema fuerte de seguridad en Morelos. Real también la molestia de la gente. Van cuatro marchas con actores diferentes, la última fue de médicos y enfermeras y viene una quinta para el 1 de abril.
Como también es indudable que la Iglesia Católica está llevando agua a su molino metiendo el tema del aborto en medio. ¿Fachada religiosa, dirían?
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OTRA VARA PARA ELPADRE GOYO.- A diferencia de los casos anteriores, del polémico vicario de la diócesis de Apatzingán (Michoacán), Gregorio López, el semanario Desde la Fe no dice ni una palabra.
A este polémico cura -que oficia misa con chaleco antibalas, que participó en la “toma” de Apatzingán, que ha despotricado contra el presidente municipal del lugar y que poco le falta para tomar también las armas-, han decidido sus superiores alejarlo del rebaño (por revoltoso) y enviarlo “¡a las Europas!”
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GEMAS: Regalito del padre Goyo, vicario de las diócesis de Apatzingán:
"Los comunitarios tienen muchas irregularidades. Por ejemplo, entre ellos andan mañosos como Los Viagras, como Los Changos; ellos son de una mafia, ellos son Zetas. Fueron Familia Michoacana, fueron Templarios y ahora son de su chingada madre. ¡No se vale!”