Si ya de por sí la sobriedad del acto llamaba la atención -una sencilla mampara con el nombre repetido de Gustavo Madero y las solas banderas de México y el PAN a los lados del atril-, más desconcertante resultaba la solitaria figura del propio chihuahuense.

 

Junto a él -con ellas llegó y partió del hotel Meliá- sólo aparecieron su esposa Maru y su hija Sofía; y desperdigados entre los periodistas apenas si alcanzamos a reconocer a Jorge Villalobos (vicecoordinador de la bancada panista en la Cámara de Diputados) y a Luis Rodolfo Oropeza, consejero del Estado de México.

 

-¿Y Anaya?-, le preguntamos a Madero camino al elevador, concluida ya la lectura de su mensaje en el que anunció que irá por su reelección -“¡seguiré luchando!”- al frente del Partido Acción Nacional.

 

-¿Cuál Anaya?-, devolvió. Madero entró al elevador y antes de que las puertas se cerraran sonrió y volvió a juguetear con el “¿cuál?, ¿dónde?”

 

Pasos atrás, Maru -quien hace unos meses le sugirió a su esposo retirarse “como Greta Garbo”, entre aplausos, después de una gran película- aguantaba vara. Comentaría esta vez: “Él (Gustavo) está muy contento y muy convencido, eso es lo principal”.

 

En cuanto al porqué de la sobriedad del lanzamiento -incluido el discurso-, colaboradores del propio Madero explicarían que “había que guardar las formas”, pues aunque “el jefe” ya presentó su solicitud de licencia,  todavía hoy (ayer domingo) era presidente del partido -hoy lunes deberá aprobarse en la reunión del CEN- y “no quiere que lo acusen de actos anticipados de campaña”.

 

La ausencia de Anaya tendría razones semejantes pues el queretano solicitará licencia hasta mañana martes (para el miércoles se prevé la elección de José González Morfín como presidente de la Mesa Directiva de San Lázaro).

 

El caso es que el lanzamiento de Madero para su reelección fue de lo más anticlimático.

 

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JOLGORIO CON OLIVA Y CORDERO.- El contraste no podía ser más elocuente. En el hotel W, Ernesto Cordero y su compañero de fórmula, Juan Manuel Oliva, se encontraban reunidos con 80 de sus principales liderazgos en el país. Ellos serían la porra de su candidatura antes, durante y después de la conferencia de prensa.

 

Aunque a decir verdad, parecía haber muchos más olivistas que corderistas. Y eso se notó cuando una reportera le preguntó a Oliva si sus seguidores no se habían decepcionado con su declinación, ¡y zácatelas!, que responden casi las tres cuartas partes de los presentes con un sonorísimo grito: ¡O-li-va! ¡O-li-va!

 

Incluso, la respuesta de Oliva nos dejó la impresión de que hubo un acuerdo con Cordero para que el senador fuera el candidato común para la dirigencia del PAN en esta ocasión, y que el ex gobernador de Guanajuato sería el siguiente, en el 2015.

 

Animada la reunión ciertamente -escanciada con café, refrescos, agua, bocadillos y galletas- y con la presencia de algunos personajes que llamaban la atención, como la poblana Ana Teresa Aranda, o el josefinista Jorge Pacheco.

 

También presente y como parte de la planilla corderista (aunque no la dieron a conocer completa aún) se mencionó a Max Cortázar como coordinador general de la campaña; y a Fernando Manzanilla como coordinador estratégico.

 

Roberto Gil Zuarth, quien también acudió al lanzamiento de Cordero, se hará cargo de la coordinación política: operará a nivel nacional particularmente con diputados y senadores, según nos dijo.

 

Por cierto que le preguntamos a Gil Zuarth si era cierto que Madero le ofreció la coordinación de la bancada panista en el Senado si aceptaba apoyarlo. “¡Falso!”, respondió el chiapaneco, “nunca habría tenido una conversación de ese tipo con Madero”.

 

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LA MAQUINARIA CON SU PROPIO RUMBO.- Y mientras uno y otro equipo -maderistas vs. corderistas- hacían lo propio para lograr la dirigencia nacional del PAN, abajo, en el terreno, las elecciones de consejeros continuaban.

 

Ayer tocó en el Distrito Federal. De los 11 lugares en juego, los 11 se los llevaron los maderistas. Como en este caso, el DF, así está ocurriendo en buena parte de la República (aunque no siempre meten zapato). Los maderistas están logrando mayorías para la integración del Consejo Nacional.

 

¿Y quién o quiénes están moviendo la maquinaria azul en tierra? Anote el nombre: Luis Alberto Villarreal, coordinador de la bancada blanquiazul en la Cámara de Diputados.

 

Así que no den por hecho su caída al frente de la coordinación por más que le endilguen moches y más moches.

 

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