Nada más elocuente para ilustrar la furia –“rabia”, dirían algunos- del gobierno mexicano hacia el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) que su ausencia al último informe del grupo.
Un desprecio más que notorio, pues ni siquiera hubo a quién entregarle este informe Ayotzinapa II, como haría ver el presidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), James L. Cavallaro.
Porque ninguno de los subsecretarios de Derechos Humanos --Roberto Campa Cifrián, de Gobernación; Miguel Ruiz Cabañas, de la cancillería; Eber Betanzos, de la Procuraduría General de la República- hicieron acto de presencia ayer en el Claustro de Sor Juana.
Vaya, ni siquiera el presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), Luis Raúl González Pérez, se atrevió a desmarcarse de la posición gubernamental. Se unió al desaire del gobierno mexicano hacia el GIEI (y eso que la CNDH aparece bien tratada y mencionada varias veces en su informe), y ni siquiera a José Larrieta –encargado del caso Iguala- envió en su lugar.
¿Que el informe Ayotzinapa II exhibe las deficiencias de nuestro sistema de justicia –además de su cinismo- y la connivencia de policías municipales, estatales, ministeriales, federales, con el crimen organizado? ¡Por supuesto!
¿Que se mantiene en su posición de refutar –con más datos ahora- que los 43 normalistas hubieran sido incinerados en el basurero de Cocula? ¡Evidentemente!
¿Que acusaron abiertamente al gobierno mexicano de obstruir su investigación? ¡Inevitable!
Si hubieran escuchado, a lo largo de dos horas y media, el resumen que hicieron los del GIEI –Carlos Beristain, Ángela Buitrago, Francisco Cox, Claudia Paz y Alejandro Valencia-, seguramente pensarían que se quedaron “cortos” en sus apuntes, porque el comentario general al término de la lectura de lo que vieron y hallaron fue éste: “Fue una exhibición del desprecio y el cinismo” de nuestras autoridades.
¿Y cómo se van los del GIEI luego de que el gobierno dio por terminada su misión?
Cox lo respondería así: ¿Con qué sabor nos vamos sin saber dónde están los estudiantes? ¡Con el peor!
-0-
Decenas de luchadores presentes.- Pero los del GIEI no estuvieron solos en la presentación de su segundo y último Informe sobre Ayotzinapa.
¡Mil trescientos! lugares se ocuparon en el patio del Claustro, comenzando por alrededor de 80 familiares de los normalistas desaparecidos, junto con las organizaciones que los acompañan: Tlachinollan, Serapaz, el Agustín Pro, el Morelos.
Sus gritos se escucharon desde su arribo: “¡Ayotzi viveee...; la lucha sigueee!”, y el siempre impactante conteo de los 43: “Uno, dos, tres…, cuarenta y dos, cuarenta y tres…, ¡Justicia!”.
Entre los asistentes, la crema y nata de los luchadores por los Derechos Humanos: el padre Alejandro Solalinde, Javier Sicilia, Miguel Concha, Clara Jusidman, Edgar Cortés, Miguel Serré, Pietro Ameglio, el general Francisco Gallardo; personajes de izquierda y activistas como Cuauhtémoc Cárdenas, Alejandro Encinas, Armando Ríos Piter, Carlos Fazio, Pedro Miguel y Epigmenio Ibarra.
Sus posiciones ante el desencuentro entre el gobierno mexicano y el GIEI podrán imaginarlas. Van algunas:
-Del padre Concha: “Ganó el ala más irresponsable (del gobierno) porque no sólo concierne a los padres y a los familiares, concierne a toda la sociedad mexicana y hay muchos ojos en la comunidad internacional que están muy pendientes. Son multitudes las que no quieren que esto siga impune”.
-De Sicilia: “¡Es un desastre! Es una política de avestruz, de no compromiso de parte del gobierno; su actitud revela la inmensa distancia de su corazón con la gente. Ganó la parte dura, eso da miedo…”.
-Del padre Solalinde: “Es muy claro el ocultamiento sistemático del gobierno en la defensa del 27 Batallón, ¡es lo que está defendiendo, es la pieza a la que no quieren que llegue el GIEI”.
-0-
GEMAS: Cartel de una mujer durante el evento en el Claustro: “Que alguien me vea, que alguien me escuche, justicia para mi hijo Carlos Sinuhé Cuevas Mejía”.