Entre quienes se mueven en el ámbito militar, nos recordaban ayer una historia a propósito de lo que le ocurrió al comisionado para la Paz en Michoacán, Alfredo Castillo.

 

(Se referían a su encuentro, aparentemente fortuito, con Juan José Farías, identificado en su momento como lugarteniente del cártel de Los Valencia).

 

Nos contaban que cuando Francisco Labastida Ochoa se lanzó por la gubernatura de su estado, Sinaloa (1986) y a lo largo de su gobierno (1987-1992), tuvo siempre tras de sí el peligro del acecho de los narcotraficantes.

 

Había que cuidar -nos cuentan- quién se le acercaba, quién se tomaba una fotografía con él, quién le salía al paso. Mítines, reuniones, caminatas… todo tenía que ser controlado “porque en cualquier momento alguien se le podía acercar, plantearle algo y con mero sí o un simple no, su vida podría estar en juego”.

 

Y quien de ello se ocupaba era su jefe de Seguridad: Gilberto Rafael Limón Félix. En aquellos tiempos teniente coronel.

 

No fueron tiempos fáciles para Labastida. Su propio jefe de Seguridad sufrió atentados ante el celo con que resguardaba a su jefe -recibió amenazas y su propia casa fue balaceada-, por lo que en un momento dado se decidió sacarlo del estado para protegerlo y enviarlo a un lugar recóndito para que no lo hallaran los capos que le amenazaban.

 

Cuando Labastida pasó a ser secretario de Gobernación (y luego candidato presidencial del PRI), Limón -para entonces ya general- reapareció como su jefe de Seguridad. Nadie como él, comentan, para cuidar a su jefe.

 

El general Limón ya murió. Pero eso, apuntan, es lo que le hace falta al comisionado Castillo: alguien que lo cuide.

 

-0-

 

QUE COMIERON… ¡ENTRAÑA!- No nos dio la impresión de que hablara en sentido figurado, pero vaya respuesta que dio Ernesto Cordero cuando le preguntaron qué fue lo que comieron él y Felipe Calderón en su encuentro de antier:

 

-¡Entraña!-, respondió sonriente el ex secretario de Hacienda.

 

¿Y de qué platicaron? Pues “un poco” de la sucesión en el PAN, y “mucho” del relanzamiento de la Fundación Desarrollo Humano Sustentable que hará esta noche Calderón en el Club de Industriales, según contó.

 

- ¿No es usted el candidato de Calderón para el PAN?-, le soltaron al senador.

 

-¿Qué Madero es el candidato de Peña Nieto?-, repuso a su vez.

 

Valga decir que Cordero no fue de lo más dicharachero en esta ocasión. Se guardó su conversación con el ex presidente.

 

Pero sobre todo se guardó hablar sobre la reunión que sostendría por la noche con Josefina Vázquez Mota y Juan Manuel Oliva para buscar la candidatura de unidad con la que podrían desafiar a Gustavo Madero.

 

En eso estaban cuando cerramos esta columna.

-0-

 

TELECOMUNICACIONES AL SENADO.- Emilio Gamboa se sacó la rifa del tigre. Las leyes secundarias en materia de telecomunicaciones serán enviadas al Senado, como cámara de origen, la próxima semana.

 

A la de diputados irá la iniciativa de Competencia Económica.

 

¿Que dónde se están elaborando las iniciativas de estas leyes secundarias? Desde luego no en las Cámaras.

 

Más bien en guaridas donde, cuentan, arrastran el lápiz los mismos integrantes del Pacto por México que aprobaron las reformas. Sólo que ahora lo hacen “tras bambalinas, por debajo de la mesa”.

 

-0-

 

UN MENSAJE PARA PEÑA.- Entre los comentarios que hemos escuchado a propósito del porqué Carlos Salinas de Gortari salió con la versión de que en 1994 quisieron “descarrilar” su gobierno -por haber llevado a cabo reformas de fondo-, nos llamó la atención la siguiente:

 

-Que Salinas quiso enviarle un mensaje de advertencia a Enrique Peña Nieto. Algo así como esto: Así como trataron de tirar mi gobierno por haber afectado intereses con las reformas que llevé a cabo, así puede ocurrirte a ti.

 

Quienes hacen esta lectura de las declaraciones del ex presidente, nos comentaron que sería un error que Peña -ante el temor de que algo semejante le pudiera ocurrir- se cerrara: “Eso sí podría llevarnos a una crisis”, apuntaron.

 

-0-

GEMAS: Obsequio del presidente del PRD, Jesús Zambrano: "Cuidado porque Veracruz, válgase la expresión lamentable, se puede estar 'michoacanizando'”