Llegado el momento, el general Salvador Cienfuegos cambió el tono de voz. Fue casi al final de su discurso y el apunte del tema al que se referiría no dejaba lugar a dudas -era Michoacán-, pues diría para entrar en materia:
“Hoy, los mexicanos enfrentamos desafíos que ponen a prueba nuestra unidad y voluntad como nación.
“Para encararlos, el Gobierno de la República establece políticas y estrategias.
“El factor común que impera en su implementación es el esfuerzo integral, conjunto y sólido…”
El secretario de la Defensa Nacional -orador único en el 101 aniversario de la Marcha de la Lealtad- preparaba así, ante el presidente de la República y el gabinete en pleno, lo que sería la parte más importante de su mensaje. La que él mismo subrayaría con su entonación.
Un mensaje que, si uno traía a la mente escenas y fotografías de los últimos días y horas (el comisionado para la Paz en Michoacán, Alfredo Castillo reuniéndose en una bodega con el lugarteniente del cártel de Los Valencia, Juan José Farías; y la entrada de las autodefensas a Apatzingán, corazón Templario), bien podía imaginar a quién, a quiénes, iba dirigido.
¿Y cuál era el mensaje subrayado por el general Cienfuegos?
Ahí va: “(…) los ciudadanos debemos tener presente que en una sociedad democrática, lo que prevalece es el respeto a la ley y a las instituciones que nos hemos dado. Ésta es la única vía para afrontar los retos, para vencer obstáculos, para superar crisis.
“Nadie -precisaría el general secretario- puede estar al margen o por encima de los preceptos constitucionales. Nadie puede hacer valer su propia voluntad desdeñando el orden jurídico”.
Enrique Peña Nieto escuchó en silencio. Apenas un leve movimiento en las quijadas acusó aquellas frases.
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UN PROCURADOR EN PROBLEMAS.- Y claro, a quien le cayó el chubasco fue al procurador general de la República, Jesús Murillo Karam.
Los reporteros no tardaron en rodearlo. Apenas terminada la ceremonia en plena terraza del Castillo de Chapultepec, lo cuestionaron a propósito del encuentro de Castillo con El Abuelo y de la “toma” de Apatzingán por las autodefensas.
Karam tuvo que hacer malabares. De la entrada a Apatzingán alegó que no son las autodefensas quienes tomaron el control: "En Michoacán el que está actuando es el Estado; es el Gobierno", sostuvo.
Y de la reunión del comisionado con el capo de Los Valencia soltó una chulada, digna de una gema: "Alguna razón debe haber habido y no necesariamente una mala razón; puede ser incluso una buena razón".
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EL HOMBRE DEL SOMBRERO NEGRO.- Llegó desde temprano al alcázar y lo ubicaron “atrasito” del presidente y del secretario de la Defensa. En lugar más preponderante incluso que Aurelio Nuño, David López y Eduardo Sánchez. El hombre lucía mayor, vestía de civil, portaba un sombrero de fieltro negro y bastón.
¿Quién es?, nos preguntábamos. Luego lo sabríamos: era el general Luis Ángeles Fuentes Álvarez, quien fue director del Colegio Militar de 1991 a 1994 y, según él mismo nos contó, muchos de los generales ahora ahí presentes, fueron alumnos suyos -como el general Cienfuegos, quien le tiene gran aprecio- o compañeros de generación.
También vimos por ahí, en la ceremonia de la Marcha de la Lealtad, a quien fuera secretario de la Defensa durante el sexenio de Ernesto Zedillo, el general Enrique Cervantes Aguirre (ocupó un lugar en el presídium).
En otra tarima alcanzamos a ver al general Rafael Macedo de la Concha, Agripadísimo por cierto (ojalá no sea influenza); sus vecinos de banca nomás veían angustiados que no paraba de sonarse, de toser y que le lloraban los ojos.
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GEMAS: Al llegar al Castillo nos obsequiaron una reproducción del ejemplar del periódico El Imparcial, del 10 de febrero de 1913. Va su titular principal y las cabezas secundarias: “HASTA LAS 3 A.M. DEL DÍA DE HOY F. DÍAZ ESTABA EN PODER DE LA CIUDADELA Y EL SR. MADERO DEL PALACIO NACIONAL// BERNARDO REYES FUE MUERTO.LOS GENERALES VILLAR Y GARCÍA PEÑA HERIDOS. BLANQUETT CON SUS FUERZAS LLEGÓ ANOCHE. EL GRAL. ANGELES Y EL CORONEL VASCONCELOS DEBEN HABER LLEGADO YA. SE ASEGURA QUE EL SR. LIC. RODOLFO REYES SE SUICIDÓ. EL GENERAL DE DIVISIÓN DON VICTORIANO HUERTA ES EL JEFE DE LAS FUERZAS LEALES. EN EL TIROTEO DE LA PLAZA DE LA CONSTITUCIÓN RESULTARON MÁS DE TRESCIENTOS MUERTOS Y COMO QUINIENTOS HERIDOS”.