Esta historia de la reforma política del Distrito Federal terminó siendo un escándalo. ¡Se fue a la congeladora en la Cámara de Diputados! No pasará en este periodo y ni siquiera en un extraordinario.
O sea que caput.
Les vieron la cara bien y bonito y los dejaron colgados de la brocha.
¿A quiénes? Pues a sus promotores y negociadores: Desde el jefe de Gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera para abajo; pasando por los perredistas Miguel Barbosa, Dolores Padierna, Armando Ríos Piter, Alejandra Barrales.
¿Que los senadores priistas –incluido Emilio Gamboa– también se vieron “sorprendidos” por lo sucedido en San Lázaro?
Difícil creerlo. Más, si desde el lunes pasado Manlio Fabio Beltrones dejó ver –lo declaró públicamente luego de una reunión de la Junta de Coordinación Política– que la reforma política del DF no estaba incluida entre las prioridades a debatir en la Cámara de Diputados en los últimos días de sesiones.
Incluso, en esa misma entrevista, a pregunta expresa sobre la reforma política del DF, el jefe de la bancada del PRI mencionó que no veía consenso de los partidos en el tema.
Aun así se llevó al pleno en el Senado el día siguiente.
¿Por qué se decidió eso a pesar de los focos rojos que encendió Beltrones (ya fuera porque efectivamente no había consenso o porque de plano desde el PRI algunos no querían que transitara el tema)?
Según nos dijo en ese momento el senador Alejandro Encinas, la reforma subiría al pleno porque había un acuerdo con el gobierno federal. Porque el equipo presidencial había dado su palabra.
Y porque Emilio Gamboa, coordinador de los priistas en el Senado, había dado también su palabra.
Ya lo que ocurriera después en la Cámara de Diputados sería harina de otro costal.
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EL COMPROMISO NO FUE NUESTRO.- Efectivamente, en la Cámara de Diputados, la voz de los panistas tronó más fuerte que en el Senado descalificando la Reforma Política del DF.
Bajo la batuta de su coordinador Ricardo Anaya, los blanquiazules se encargaron de sepultar en unas cuantas horas el entusiasmo de Mancera y compañía (acompañados incluso por algunos perredistas y los del Panal): Anunciaron su voto contra.
Imposible sacar así la minuta que les envió el Senado, aun cuando los priistas se dijeran dispuestos a honrar su compromiso.
Como dirían los panistas: “Si el PRI tiene compromisos con Mancera y quiere ayudar al PRD en el Distrito Federal es cosa suya. Nosotros no tenemos ese compromiso. Nosotros vamos a competir por espacios en esta ciudad”.
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LA VENGANZA CONTRA MARCELO.- La venganza contra Marcelo Ebrard continúa. Cierto o no, en Los Pinos compraron la versión de que fue el ex jefe de Gobierno del DF quien dio a Carmen Aristegui los datos de la casa blanca de Enrique Peña Nieto y su esposa Angélica Rivera, y no se lo perdonan.
Impidieron primero que el PRD lo incluyera en sus listas para la Cámara de Diputados. Abandonó entonces Ebrard el PRD y le fue otorgada por Movimiento Ciudadano una candidatura como diputado plurinominal.
El Partido Verde, Nueva Alianza y el Partido Encuentro Social –los tres por instrucciones de Gobernación– impugnaron malamente su candidatura alegando que participó de manera simultánea en dos procesos de selección interna.
Ayer, el patético Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, con los votos de los magistrados Pedro Esteban Penagos, Carmen Alanís y Flavio Galván (Constancio Carrasco rechazó que hubiera simultaneidad y Salvador Nava se ausentó), le tiró su candidatura.
Y luego se preguntan por qué nuestras instituciones de justicia no tienen credibilidad.
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GEMAS: Obsequio vía Twitter de Marcelo Ebrard: “Increíble que el Tribunal Electoral retire arbitrariamente mi registro como candidato a instancias del PVEM, PANAL y PES, es decir del PRI”.