Detrás de la detención de Joaquín Guzmán Loera -y más allá de la peliculesca secuencia que llevó al arresto del legendario capo- se tejen a la fecha distintas historias.
Algunas de ellas provienen de las áreas de inteligencia del gobierno y, la verdad, hay algunas que no dejan de sorprendernos.
La versión más extendida pone la lógica por delante. Pregunta de entrada el interlocutor: ¿Qué factores cambiaron de hace dos, tres o cinco años para acá (en lo que a la persecución de El Chapo se refiere?) Él mismo responde:
Según nos decían, el presidente de la República (Felipe Calderón) daba lo que fuera por llevarse el trofeo -vivo o muerto- de El Chapo; la DEA (Administración para el Control de Drogas) supuestamente estaba pisándole los talones; se usaban ya aparatos de intercepción súper modernos e incluso drones.
El equipo especial de la Marina Armada, con sus hombres preparados allende las fronteras y de más 1.90 de altura, opera desde buen rato y estaba listo para recibir la orden de ir detrás del líder del Cártel de Sinaloa, así como lo hicieron con otras figuras del narcotráfico; el Ejército mexicano, el Cisen y la Policía Federal Preventiva, aparentemente también estaban al acecho del sinaloense.
¿Qué cambió entonces?, vuelve a interrogar nuestro interlocutor.
Aparte de ciertos personajes importantes con nombre y apellido en las áreas clave, cita inevitablemente el del Presidente de México. Y con éste, el cambio del partido en el poder: antes el PAN, hoy el PRI.
Esta versión se inscribe en lo que algunos mencionan desde hace años: Que El Chapo fue el capo protegido por los panistas.
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A QUIÉNES VAN A INVESTIGAR.- El vocero de la Presidencia de la República, Eduardo Sánchez, declaró abiertamente que se investigaría quién dejó escapar a El Chapo de Puente Grande en 2001 y quiénes lo protegieron durante estos años que evadió la justicia.
Pero para saber a ciencia cierta cómo fue la escapatoria de Guzmán Loera del penal de máxima seguridad en Jalisco, habría que retrotraerse hasta un año atrás, como bien diría la ex presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco, Guadalupe Morfín Otero.
Y ello nos lleva no sólo a los dos primeros meses del gobierno de Vicente Fox sino al último año del sexenio de Ernesto Zedillo y a personajes que se movieron en ambos tramos -algunos incluso cambiaron de partido en ese lapso, pasaron del PRI al PAN- y en estos momentos están, por decirlo suavemente, en estado de alerta.
Para algunos de ellos, nos dicen, va el mensaje, el “calambre”.
Incluso, nos comentan, sobre algunos ya hay denuncias por otros motivos.
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QUE ENTREGARON SU CABEZA.- Otra versión que manejan en las áreas de inteligencia -y ésta sí que nos impactó- sobre la detención de El Chapo apunta a una negociación.
Pero no a una entrega negociada entre el propio Guzmán Loera y el gobierno mexicano, como podría pensarse. Sino a una posible negociación entre Ismael El Mayo Zambada y el gobierno.
Según esta versión, los negociadores del gobierno habrían llegado a un acuerdo de último momento con El Mayo: Dejarle libre y al frente del cártel a cambio de la entrega de El Chapo.
¿Qué ganaría con ello el gobierno de Enrique Peña Nieto?
Varias cosas: De entrada, la medalla de la detención del narcotraficante más buscado del mundo.
Luego, diferenciarse de su antecesor, demostrando que él y su equipo de seguridad son mejores para enfrentar al narcotráfico.
Tercero, echar abajo la tesis de que los priistas -léase el propio Peña y su equipo- negocian y negociarían con los narcos si ganaban la Presidencia.
Cuarto: echar abajo la versión de que el gobierno actual no colabora con las áreas de inteligencia, pero al mismo tiempo evidenciar que ciertos personajes de la DEA jugaron su propio juego (junto con algunos calderonistas) vis a vis de El Chapo (y en muchos otros casos).
Estos, señalarían, son algunos de los mensajes que conlleva la detención de El Chapo. Y eso sin contar la miradita que lanzó el propio Guzmán Loera camino al helicóptero que lo llevaría al penal del Altiplano.
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GEMAS: Obsequio de Enrique Peña Nieto: “Mi compromiso con los mexicanos es no poner nuevos impuestos ni modificar los existentes en lo que resta de mi administración".