Apenas pasaron las elecciones del 2000 --aquellas en las que Vicente Fox sacó al PRI de Los Pinos y Cuauhtémoc Cárdenas, por tercera vez candidato presidencial de las izquierdas, quedó en un lejano tercer lugar con 16.6%-, las críticas contra el ingeniero finalmente se alzaron abiertamente en su contra.

 

El rechazo al papel que jugaba para esas fechas el fundador del Partido de la Revolución Democrática halló en algunos intelectuales a sus primeros detractores. Uno de ellos fue Roger Bartra:

 

“El PRD no levantará cabeza hasta que no meta a Cárdenas en un armario y lo encierre con siete llaves”, declaró el sociólogo y antropólogo al reconocidísimo corresponsal de La Vanguardia, Joaquím Ibarz (qepd) en 2001.

 

Un año después (2002), cuando la elección de Rosario Robles como presidenta del partido --en medio de los cochineros que acostumbran hasta la fecha-, Jesús Ortega, contendiente de Robles entonces, dejó de lado la disciplina partidista y se lanzó abiertamente contra Cárdenas: lo llamó “irresponsable y cacique represivo”.

 

El PRD, ciertamente, era manejado por un solo hombre. Llevaba 14 años en ello. Se había ganado a pulso esa fuerza. Y ese hombre era Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.

 

Pero como todo, llegó la hora del declive. Su fuerza decayó con la derrota del 2000, los Chuchos comenzaron a tomar control del partido y la imagen de Andrés Manuel López Obrador, recién electo jefe de Gobierno del DF, empezó a relucir.

 

Cárdenas fue hecho a un lado por tirios y troyanos (léase Chuchos y obradoristas). Para 2006, cuando se esperaba el triunfo de López Obrador en los comicios presidenciales, Cárdenas le regateó su apoyo. El ingeniero vivió esos tiempos refugiado en otra de sus creaciones: la Fundación para la Democracia.

 

Los calificativos de “cacique” o “caudillo”, con que le pelearon el poder los Chuchos y otras corrientes perredistas en los viejos tiempos –hace apenas diez años-, se centraron al poco rato en otro personaje: López Obrador.

 

Pero he aquí que el tabasqueño ya abandonó el PRD y se fue a crear otro partido: Morena. Y he aquí también que muchos perredistas ya están cansados y molestos por el control y el manejo del partido que ejercen los Chuchos.

 

Y he aquí que la solución que algunos avizoran es ¡traer de nuevo a Cuauhtémoc Cárdenas a dirigir el partido! Quesque porque garantiza la unidad…Hasta van a quitar el candado contra la reelección de sus presidentes de partido para abrirle la puerta.

 

¡Increíble! Deben estar pensando en un Cárdenas –y en unos Chuchos-  de ficción.

 

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PANISTAS POR MÉXICO, UNA ENTELEQUIA.- ¿Ya vieron cómo calificó Gustavo Madero a la agrupación Panistas por México?

 

Sí, esa que está integrada por Ernesto Ruffo, Fernando Elizondo, Alberto Cárdenas, Fernando Canales, Carlos Medina Plasencia, Luis Felipe Bravo Mena y quieren que Josefina Vázquez Mota sea su candidata a la presidencia del PAN.

 

Bueno, pues ahí les va lo que Madero dijo de ellos: "Esa asociación es una entelequia, es un membrete y no existe”.

 

¿Por qué el ninguneo del líder nacional del PAN a sus ex gobernadores, a la ex candidata presidencial y al ex presidente del partido?

 

Pues nomás porque los reporteros le preguntaron qué pensaba de la exigencia de Panistas por México de remover a Luis Alberto Villarreal del liderazgo de la bancada del blanquiazul en la Cámara de Diputados.

 

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NOMBRAMIENTO EN SEDUVI.- María Paloma Silva de Anzorena fue designada directora general de la Comisión Nacional de Vivienda (CONAVI). Ayer le dio posesión del cargo el titular de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU), Jorge Carlos Ramírez Marín.

 

Silva de Anzorena fue directora general adjunta de Fomento y Desarrollo de Mercados de Sociedad Hipotecaria Federal (SHF), donde era la responsable de la modernización de los Registros Públicos de la Propiedad y Catastros, así como de los Desarrollos Urbanos Integrales Sustentables (DUIS).

 

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GEMAS: Regalito del líder de la bancada del PRI, Manlio Fabio Beltrones al ser interrogado sobre presuntos cobros de comisión por parte de los diputados para asignar obras: “No me gustan los chismes ni los chismosos”.

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