Considerar “actos vandálicos” los ataques perpetrados contra instalaciones de la Comisión Federal de Electricidad y gasolineras en Michoacán, es sin duda “subestimar la situación de ingobernabilidad” que priva en la entidad y que lleva ya muchos años incubándose.
La serie de atentados perpetrados la madrugada del domingo muestran, entre otras cosas: capacidad de movilización, de sincronización, uso de armas de alto poder y capacidad de desestabilización, apunta José Luis Piñeyro, especialista en temas de seguridad nacional de la UAM- Azcapotzalco.
“¿Quiénes lo hicieron, por qué lo hicieron, o para qué lo hicieron?, nadie lo tiene claro. ¿Quién sale ganando?, tampoco me queda claro”, agrega Piñeyro. En cambio, destaca “el contexto de irritación social dentro del cual estos hechos se suceden a partir de que el PRI ha lanzado sus reformas estructurales y está imponiéndolas sin mayor consenso”.
Respecto de si podría tratarse de algún grupo guerrillero, el investigador menciona que en Michoacán no se tienen antecedentes de guerrillas recientes, como sucede en cambio en Guerrero, Morelos, Puebla, Oaxaca.
Sin embargo recuerda que el ex secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, calificó en algún momento de guerrilla a la Familia Michoacana: Dijo que las formas de comunicarse de la Familia, los mensajes en las narcomantas, los ataques sorpresa, eran tácticas guerrilleras. Pero luego se calló, anota Piñeyro, pues no convenía calificarla como guerrilla.
Empero, agrega el estudioso, esas tácticas “no son exclusivas de guerrillas, también son de grupos paramilitares, que lo mismo pueden ser de izquierda o de derecha”.
Nada claro por el momento, sólo que no se trata de meros actos vandálicos.
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FUERZAS ARMADAS A OPERACIONES DE PAZ.- La oposición del gobierno mexicano a la participación de las Fuerzas Armadas en Operaciones de Paz de la ONU --enmarcada principalmente en la política exterior de no intervención en asuntos de otros países- ha cambiado por completo y no sería extraño ver pronto a México participando en alguna de esas Operaciones.
Ya algo de ello había apuntado el subsecretario para Asuntos Multilaterales de la cancillería, Juan Manuel Gómez Robledo, a principios de este gobierno cuando en una presentación de un libro externó que una de las asignaciones pendientes de México era participar en las Operaciones de Paz de la ONU y dejó ver la posibilidad de que ésta política fuera revisada en este nuevo sexenio.
Pero ayer, ni más ni menos que ante la plana mayor del Ejército y la Armada de México –y eso sí que llama la atención-, el embajador Jorge Alberto Lozoya insistió que es imperioso que nuestro país asuma “una posición activa a nivel internacional para enfrentar retos globales como la seguridad internacional, el combate al crimen organizado y al terrorismo y en el intercambio seguro de comercio y mercancías”.
El internacionalista e historiador sentenció: Ya es tiempo de actuar con responsabilidad global en este mecanismo internacional. Nuestras Fuerzas Armadas están en condiciones para tomar parte en operaciones de misiones de paz de las Naciones Unidas.
Coincidimos: Sería hora de ampliar horizontes. Pero, ¿lo permiten las condiciones actuales del país?
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NECROFILIA LEGISLATIVA.- Algo está pasando con los integrantes de la Comisión encargada de dictaminar al galardonado anual de la Medalla Belisario Domínguez --léase Roberto Albores (PRI), Zoé Robledo (PRD), Roberto Gil Zuarth (PAN) y Armando Melgar (PRI)- porque van dos selecciones y dos en que no hayan un personaje vivo digno de la máxima presea que otorga el Senado de la República.
El año pasado, dentro del juego de “ahora me toca mí”, los priistas mencionaron inicialmente entre sus prospectos al viejo Federico Reyes Helores, autor del Liberalismo Mexicano y al entonces recién e inesperadamente fallecido jurista Jorge Carpizo. Ninguno de los dos llegó a la final y los tricolores se definieron por el políglota y traductor del Evangelio –también fallecido poco antes-, Ernesto de la Peña.
Para este año tocó a los panistas proponer a uno de los suyos para la Belisario. Mencionaron en primera instancia a Manuel J Clouthier, quien fuera su candidato presidencial en 1988 junto con Cuauhtémoc Cárdenas (él recibió la presea en 2011). Rápidamente bajaron al Maquío de la palestra (falleció en 1989) y se decidieron por don Manuel Gómez Morín, fundador del PAN (obviamente también fallecido).
Ahora, de que lo merece Gómez Morín, ¡sin duda!
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GEMAS: Obsequio del jurista Diego Valadés: “Substituir al IFE por el INE es ofrendar al caciquismo una institución que ha sido útil para la democracia en México”.