Las críticas corrieron al gusto –con la venia del presidente, Miguel Barbosa– durante más de tres horas desde la tribuna del Senado. Los de izquierda llevaron la batuta, comenzando por los perredistas y apoyados por el Partido del Trabajo y Movimiento Ciudadano.
Los panistas –con excepción de Javier Corral– sufrieron por explicar su aval a Eduardo Medina Mora para que ocupe la vacante que dejó Sergio Valls en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
Y los priistas, echándose sus tortas…
O sea, ni la padecieron los tricolores. Dejaron que los panistas cargaran con la defensa de Medina Mora porque, a fin de cuentas, ya estaba todo decidido: los blanquiazules obsequiarían los votos que faltaban a su ex procurador para ganar la terna (ya ni siquiera discusión hubo al interior del grupo parlamentario ayer por la mañana).
Ya ni les preocupó que la académica Denise Dresser se hiciera presente hasta el mismísimo palco del salón de sesiones junto con las más de 50 mil firmas ciudadanas en contra del nombramiento del ex director del Cisen. Sólo era cuestión de tiempo. De unas cuantas horas.
Pasadas las seis y media de la tarde, vía voto secreto en urna transparente, Medina Mora veía logrado su sueño de convertirse en ministro de la SCJN por un periodo de 15 años.
Una sola ronda fue suficiente para que alcanzara las dos terceras partes. Obtuvo 83 votos a favor frente a 15 de Horacio Hernández y cuatro de Felipe Barrera (además de 16 votos nulos).
A las 18:45 horas rindió protesta bajo el aplauso de priistas, panistas y verdes.
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PALIZA A MEDINA MORA Y AL SENADO.- Pero la paliza no se pudo evitar. Ni ayer, ni a lo largo de los días desde que se dio a conocer la propuesta presidencial con el nombre de Eduardo Medina Mora.
Y claro, las críticas incluyeron a Enrique Peña Nieto y al propio Senado. Bueno, hasta el dictamen que presentó la Comisión de Justicia fue objeto de burla de Manuel Bartlett por su “pobre” argumentación, por “falaz y ridículo”.
El panista Javier Corral acusó que Medina Mora carecía de atributos judiciales. Dijo que con su elección “se introduce la dinámica de cuotas de partido” al máximo tribunal. El mensaje de esta nominación-elección es ominoso, apuntó: “Los méritos no contarán; cuentan los amigos del presidente, cuentan los amigos del PRI y los amigos del PAN”.
Alejandro Encinas (PRD) arguyó: De lo que se trata es de tener una Corte con autonomía: “La Corte no puede tener un representante de la razón de Estado –indicó–, sino alguien que represente la razón de la sociedad”.
Layda Sansores soltaría a su vez: “Nos convertimos en verdaderos farsantes. Lo que Peña Nieto hace en esta Cámara para imponer sus caprichos no es otra cosa que poner un ventilador desde Los Pinos para embarrarnos a todos”.
Esa y muchas más críticas hubo. Lo que es un hecho es que ninguna otra elección de un ministro de la Corte había sido tan cuestionada como ésta.
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CARMEN MORENO Y LA MONJA ROJA.- El día inició en el Senado con una sesión solemne: La entrega del reconocimiento Elvia Carrillo Puerto a la embajadora emérita Carmen Moreno Toscano por su trabajo a favor de la paz, de los derechos humanos, de las mujeres.
Testigo de calidad en la premiación: el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong. Invitados especiales: Margarita Luna Ramos, María del Carmen Alanís, Marcela Eternod, Alejandra Moreno Toscano, Melba Pría.
Al frente de la Secretaría de la Mujer en la OEA hoy en día, Carmen Moreno hablaría ayer en la tribuna del Senado de la lucha de las mujeres. Exigiría –en su nombre y en el de la monja roja del Mayab–: “Ya es hora de que la violencia deje de ser una realidad para la mujer”.
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GEMAS: Obsequio del embajador Eduardo Medina Mora, aspirante a ministro de la Suprema Corte, en su comparecencia en el Senado: “Mi actuación siempre ha estado sustentada en la buena fe y en la ley”.

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