El Mundial de Futbol es un catalizador de felicidad colectiva vivida desde los preparativos del escenario citadino. Es también escaparate para la proyección turística de las ciudades sede y oportunidad de colaboración con todos los sectores.
La generación de un ambiente eufórico comunitario comenzó hace meses. Y no es independiente de la realidad política o económica de los países organizadores. La Copa del Mundo crea un sentido de identidad nacional y global, de unificación aun en las diferencias, como la detonada con las imposiciones arancelarias, en el primitivo bamboleo de Donal Trump. Permite mostrar lo mejor de cada urbe, impulsar su imagen internacional y fomentar la llegada de turistas, inversiones y oportunidades de desarrollo en concordancia con el resto de los países.
Eric Cantona, un exfutbolista francés, decía: “el futbol es el único deporte en el cual un país pequeño puede vencer a un imperio”. No hay distancias políticas, económicas ni comerciales. Todos son iguales y hablan el mismo idioma, el del balón y sus reglas.
En un martes de nubarrones comerciales, alrededor de la remodelación del Estadio Azteca se percibe confianza, expectativa, alegría. Remozamiento de un sitio icónico, modernizado tal cual debería serlo ahora la economía liberal de mercado, lejos de medidas proteccionistas generadoras de una guerra comercial. A la imposición de Trump hay respuesta.
La Presidenta Claudia Sheinbaum advierte medidas similares y convoca a unirse en torno al equipo nacional; desde Canadá, Justin Trudeau regresa el de gajos y mete arancel hasta al jugo de naranja, mientras en China juegan con la misma pelota.
Por encima de la política comercial, la certidumbre crece al recorrer el Coloso de Santa Úrsula y sus inmediaciones junto con la secretaria de Turismo, Alejandra Frausto —quien lleva la representación de la Jefa de Gobierno, Clara Brugada—, los secretarios de Obras y Medio Ambiente, Raúl Basulto y Julia Álvarez, y se alude a Héctor Ulises García, titular de Movilidad; presente el animado alcalde de Coyoacán, Giovanni Gutiérrez, así como los subsecretarios de Operación Policial y de Inteligencia e Investigación Policial, Elpidio de la Cruz y Hermenegildo Lugo.
La capital nacional prepara un nuevo rostro, se pone de fiesta y en modo mundial. Mejoras en movilidad: tren ligero, trolebús, transformación de Tlalpan, la principal avenida que conecta con el Estadio, incluido un parque elevado.
El objetivo, sintetiza Frausto, es que cada una de las y los visitantes se convierta en embajador de la capital mexicana y posteriormente regresen con sus familias. Hay un sentido de alianza para hacer del Mundial de Futbol 2026 uno de los mejores eventos con la presencia de entre cinco y siete millones de visitantes.
Un balonazo por detrás en la cabeza de Trump. Un jugador a las patadas ensoberbecido provisionalmente, ignorante del juego liberal y mercantil, impone su pseudo estrategia de pegarle a los jugadores, a las reglas, hasta al estadio. Y el partido aún no comienza. Juega Sheinbaum el domingo de local, con histórica aprobación y en plaza llena.
