Si como dice el subsecretario para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Sergio Alcocer, el tema de la visita a México del vicepresidente de Estados Unidos, Joseph Biden, el 19 y 20 de septiembre, es puramente económico, y que, por lo mismo, le acompañan sólo integrantes del gabinete económico de aquel país, entonces…

 

¿Por qué en ese mismo equipo de tono económico vienen el secretario interino de Seguridad Interna, Rand Beers y el asesor en Seguridad Nacional de la vicepresidencia de EUA, Jake Sullivan?

 

Se supone que esta reunión es para dar seguimiento a lo acordado entre el presidente Enrique Peña Nieto y el presidente Barack Obama en mayo pasado en México, cuando se acordó formar un “Diálogo Económico de Alto Nivel” y que el equipo de trabajo estaría encabezado por el Joseph Biden y por el secretario de Hacienda, Luis Videgaray.

 

“Aumentar la competitividad económica, generar mayores vínculos entre ambas sociedades, tener liderazgo en temas regionales y globales, así como la seguridad ciudadana”, fueron los cuatro acuerdos.

 

Pero también, ambos presidentes acordaron “impulsar proyectos que mejoren la infraestructura y seguridad de la frontera, así como facilitar el flujo seguro y legítimo de personas”, es decir, la vieja insistencia estadounidense por conseguir acceso libre para vigilar las fronteras mexicanas, tanto del sur, como la del norte y marítimas, por razones de su seguridad nacional…

 

A Joseph Biden le ha encargado el presidente Obama que se ocupe de “México”. Ya ha venido acá en por lo menos tres ocasiones en menos de un año y medio. Siempre subyace a esos viajes el tema de su seguridad nacional y la permanencia presencial y de inteligencia de sus agentes “coordinados por ambos países”…

Luego ¿cómo entender el interés de EUA por vincularse aun más con México, en lo económico, cuando la balanza comercial entre ambos le es favorable y el gobierno mexicano no hace absolutamente nada por equilibrarla y mucho menos por diversificarla?...

Apenas el jueves 19 de septiembre, la OCDE informó que “México es un importador agroalimentario neto; que las importaciones de este sector representan el 7% de sus compras totales al exterior (que) de sus 34 países asociados, 33 incrementaron subsidio para la producción agrícola pero que en México bajaron estos subsidios de 12.8 a 12.3 por ciento respecto de sus ingresos agrícolas (que) es uno de los países que menos apoyos otorgan a sus agricultores y campesinos”.

Y según INEGI, desde enero de este año la balanza comercial mexicana registró un déficit de 2,879 millones de dólares; y que en enero de este año las exportaciones mexicanas fueron de 27,231 millones de dólares, en tanto que importó 30,110 mdd en sólo un mes.

Así, esa balanza comercial anual México-EUA, de 500 mil millones de dólares no favorece a México. ¿Se va negociar su equilibrio?... Difícil…

…En este momento en el que la economía de EUA requiere utilidades y no el reparto de sus ingresos, según se desprende del anuncio del presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, de que mantienen el programa de estímulos a la economía (Quantitive Easing o QE), que supone comprar deuda a un ritmo de 85,000 millones de dólares al mes, una política que se practica desde finales de 2012 y que demuestra la debilidad financiera de EUA…

Lo central es que los 45 minutos que Biden se reunirá el viernes 20 con el presidente Peña Nieto, no tendrán un tono económico. Si de temas de seguridad: ese es el tema.

Insisten en mantener el esquema que tenían con Felipe Calderón y les preocupa el anuncio del Procurador mexicano, Jesús Murillo Karam, de que hay que revisar el Plan Mérida.

EU quiere garantizar su seguridad nacional. Son sus intereses. Como cuando el presidente Obama llamó al presidente Peña Nieto en San Petersburgo durante la reunión del G-20, no sólo para decirle que se haría una investigación sobre el tema del espionaje, pero sí para pedir su apoyo, ahí, en su lucha de ese momento por conseguir mayoría para una intervención militar en Siria…

El gobierno de EU quitó el tema espionaje de la agenda. Desestima cualquier reclamo a sus sistemas de espionaje. Sobre todo si son tan tibios y blandengues como el mexicano. Y sigue espiando a altos funcionarios mexicanos y dirigentes políticos, sociales y empresariales.

¿Eso no es importante para el gobierno de México como sí lo fue para la señora Rousseff en Brasil? Se dice en el pueblo ranchero: hay que cuidar la casa propia, primero; y luego la ajena: si no, no hay casa.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *