El presidente de Estados Unidos no tarda en nombrar secretario a su mascota y nadie será capaz de decirle algo y mucho menos de marcarle un alto al mandatario.

Así como Calígula en medio de su delito por la embriaguez de poder designó a su caballo Incitatus, cónsul porque le gustaba mucho y le mandó construir una caballería de mármol, así Trump en medio de su locura, quiere convertir una parte de la Casa Blanca en un lugar de esparcimiento.

Del ala este del recinto, que es un símbolo para los estadounidenses será, en un par de meses, en un simple salón de baile.

La frivolidad de una persona que nunca debió dedicarse a la política ahora se manifiesta como un enorme monumento a la locura.

Las obras ya iniciaron, la fachada se derrumbó el lunes 20 de octubre al comenzar la construcción del salón de baile de 8,300 metros cuadrados del presidente Donald Trump, un proyecto que transformará uno de los edificios más reconocibles del mundo y casi duplicará el tamaño de la estructura existente.

Si a esto sumamos la percepción del mundo del presidente del vecino país del norte encontramos síntomas muy parecidos a los del emperador romano.

La verdad para él es resultado de su imaginación y no de su percepción.

Por ejemplo, sin conocer ni una línea de la historia del continente donde asegura que Venezuela financió la campaña del presidente colombiano Gustavo Petro, cuando en realidad existe una rivalidad ancestral entre ambos países enfrentamiento que ha sido disminuido por el propio Trump, quien al agredir a pescadores venezolanos diciendo que eran narcotraficantes envía misiles para asesinarlos y destruir sus embarcaciones. Lo cual empieza a hermanar a ambos países ante la agresión de esta ilegal acción.

En lugar de que Trump esté preocupado por la marcha estadounidenses que tomaron las calles el domingo pasado exigiendo su renuncia, lo que quiere es bailar, en una conducta muy similar a la del demente emperador romano.

Por su parte, los altos mandos de su ejército empiezan a renunciar y buena parte de los militares se declaran desertores del ejército más asesino del mundo.

El almirante que lidera las fuerzas militares estadounidenses en América Latina renunciará a finales de este año, anunció este jueves el secretario de Defensa, Pete Hegseth, en una decisión sorpresiva en medio de la creciente tensión con Venezuela.

Alvin Holsey asumió el mando del Comando Sur del Ejército estadounidense a finales del año pasado para un puesto que normalmente dura tres años. Una fuente familiarizada con el asunto dijo a Reuters que hubo tensión entre él y Hegseth y dudas sobre su despido en los días previos al anuncio.

Las reducciones del presupuesto dejaron a los soldados estadounidenses comiendo en los lugares destinados a las personas en condición de calle, donde tenía que formarse en una fila para poder comer, porque no estaba ya autorizada la comida para los uniformados.

Cómo puede enviar a Venezuela a soldados que no puede alimentar. Los coloca al borde la muerte cuando ni siquiera puede garantizarles una indemnización digna a sus viudas, madres e hijos.

Esa es parte de la estrategia política de un hombre que hace lo que se le pega la gana sin que haya poder humano que pueda detenerlo.

PEGA Y CORRE.- El relanzamiento del PAN sigue provocando burlas de propios y extraños, pero los líderes de ese partido, en su inconsciencia, aseguran que en el gobierno están preocupados por sus nuevas acciones, que de nuevo no tienen nada. Hasta el ultraderechista Eduardo Verástegui los acusa de plagiar un logotipo y de hacer una simulación de cambio.