Luego de los múltiples retrasos para sacar las iniciativas en materia de transparencia, ayer en el Senado de la República, la Junta de Coordinación Política se comprometió a hacer un grupo de trabajo para sacar la Ley Anticorrupción. Así lo anunció Emilio Gamboa, coordinador de la bancada priista, quien dijo que las ocho acciones que anunció el presidente Enrique Peña Nieto van encaminadas a definir la política en la materia que comprometió desde que era presidente electo. El Congreso tiene una gran tarea pendiente en un tema que demanda la sociedad.
Y a pesar del trabajo legislativo pendiente, en la Cámara de Diputados se cocinan cambios entre militantes de partidos políticos a consecuencia de las elecciones: Jorge Sotomayor estaría listo para abandonar al blanquiazul y unirse a las filas del PRI para contender como jefe delegacional de la Benito Juárez, mientras que el perredista Fernando Zárate Salgado se uniría al tricolor para participar como candidato en la Álvaro Obregón. Se dice incluso que el priista Samuel Gurrión se uniría al PRD o MC para preparar el camino y buscar la gubernatura de Oaxaca en 2016. ¿Será?
Pese a que las autoridades de la Cámara de Diputados ordenaron bloquear el ingreso de Marcelo Ebrard ayer al recinto parlamentario, éste logró evadir la seguridad y se filtró hasta la zona de oficinas de nueva cuenta. Por si las dudas, Manlio Fabio Beltrones ordenó a los guardias que por ningún motivo el ex jefe de Gobierno del Distrito Federal llegara al salón de plenos durante la sesión, por lo que no quedó de otra que asignar guardias personalizados y vigilar cada paso que dio. ¿Tendrán tanto temor al ex funcionario capitalino?
Muchos priistas andan que no los calienta ni el sol. Las medidas tomadas por la dirigencia de su partido para revisar finanzas, patrimonio y pasados de aspirantes han obligado a diversos integrantes a dejar a un lado sus aspiraciones a cargos de elección popular. Dicen que en el tricolor, que dirige César Camacho, se han echado para atrás porque no quieren ser investigados. A esto se suma, en el PRI y en general en todos los partidos, el nerviosismo por el recién presentado código de ética de la iniciativa privada, que establece que no habrá aportaciones a las campañas políticas.
