La supuesta tregua entre los panistas Javier Lozano y Gustavo Madero parece tener un trasfondo que conjuga intereses a largo plazo. Hace unos días, el senador calificó como “un asco de tipo” al presidente panista, por lo cual se ganó el inicio de un proceso de sanción ante órganos internos. Dicen en los pasillos del PAN que al poblano le urgía limar asperezas, pues una de las sanciones a la que está expuesto es no poder participar como candidato a un cargo público hasta por 12 años. Si Lozano pretende lanzarse como gobernador de su estado en 2017, más le vale no comprarse pleitos internos.
Donde se siguen agravando los pleitos es en el PRD, y cada vez se perfila más clara la salida de Marcelo Ebrard, quien ya en público y privado acepta que analiza la posibilidad e incluso no descarta sumarse a las huestes de Andrés Manuel López Obrador en Morena, aunque -considera por lo bajo-, lo detiene la idea de tener que volver a renunciar a una eventual candidatura presidencial en 2018 a favor del tabasqueño. El distanciamiento con Miguel Ángel Mancera por el caso de la Línea 12 acabó por orillar al ex jefe del gobierno capitalino a revaluar sus opciones.
El secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray, ofrecerá una conferencia de prensa hoy sobre las perspectivas económicas 2015-2016, y dará a conocer el reporte de las finanzas y la deuda públicas al cierre de 2014, con lo que se espera que anuncie, también, el esperado recorte al gasto. Por cierto que a las voces que piden que se haga el ajuste presupuestario se sumó ayer Agustín Carstens, gobernador del Banco de México, quien en la plenaria de los senadores panistas urgió al gobierno federal a eficientar el gasto para minimizar el impacto en la caída de los precios del crudo.
Entre los que podrían perder en el ajuste presupuestario se cuenta a Pemex, que dirige Emilio Lozoya, que tendría que descartar o al menos retrasar algunos proyectos de inversión. Sin embargo, el líder sindical de los petroleros, Carlos Romero Deschamps, se atreve a garantizar que no habrá recortes en la planta laboral de Petróleos Mexicanos. El también senador priista, quien se mantuvo tan calladito durante la discusión de la reforma energética, salió en defensa de su gremio como es su deber, aunque no lo hizo cuando, por ejemplo, los sacaron del Consejo de Administración de Pemex.
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