Tal vez por las prisas se dejaron imprevistos en el gremio magisterial.
Por ejemplo, no se tenía claro a quién impulsar en lugar de Elba Esther Gordillo cuando se decidió encarcelarla por lavado de dinero, desvío de recursos, delincuencia organizada y cuanto resulte de las investigaciones.
A las prisas se llamó desde las alturas a Carlos Jonguitud Carrillo, hijo del histórico cacique Carlos Jonguitud Barrios, defenestrado en 1989 por Carlos Salinas para sustituirlo precisamente con La Maestra Gordillo.
Jonguitud Carrillo se promovió días antes de la aprehensión como un dirigente real de maestros, con 290 mil afiliados en distintos lugares del país.
Por ello lo llamaron desde las alturas del poder -cuando se habla del mayor nivel uno piensa en los secretarios Luis Videgaray, Miguel Ángel Osorio Chong y Emilio Chuayffet-, pero se llevaron varias sorpresas.
Una, Jonguitud Carrillo no es maestro y por ello no tiene plaza, requisito indispensables para pertenecer al SNTE.
Y dos, no tiene registro de algún sindicato suyo.
Ni modo, perdió su oportunidad.
LA SUERTE DE ESTAR DE DÍAZ DE LA TORRE
Elba Esther Gordillo meditó mucho cuando eligió a Juan Díaz de la Torre para secretario general del SNTE.
Había acusado traición de los tres antecesores, Humberto Dávila, Tomás Vázquez Vigil y Rafael Ochoa Guzmán, porque los sintió aliados de Josefina Vázquez Mota y quienes con ella urdieron quitarle el sindicato durante el calderonismo.
Recibidas las solicitudes de perdón correspondientes y en aras de la unidad gremial ante el inminente cambio de gobierno, en octubre los incorporó a un consejo consultivo.
Ahí están, en su consejo consultivo, pero sin ella y menos con la fuerza de Díaz de la Torre.
Él es el afortunado.
Como no hay con quién relevar a La Maestra, desde el gobierno se ha tomado la determinación de fortalecer su liderazgo para no generar más rebeliones a los de la Coordinadora contra la reforma educativa.
Hasta ahora él muestra disciplina, clave para mantenerse.
Pero la consigna es conservarlo.
DOS VISITANTES ASIDUOS EN LA CANCILLERÍA
1.- No pierda la pista a dos personajes del calderonismo.
En días recientes Josefina Vázquez Mota y José Ángel Córdova han tenido al menos tres visitas cada uno al canciller José Antonio Meade.
Los panistas con urticaria hacia el gobierno de Enrique Peña ya los ven en el servicio exterior mexicano, a ella en la embajada en un país europeo y a él en un organismo multilateral.
Y 2.- el equipo de Enrique Peña analiza a detalle la propuesta de reforma petrolera de Cuauhtémoc Cárdenas, la cual prevé participación de empresarios en la industria sin modificar la Constitución ni comprometer la propiedad de la nación de los hidrocarburos y de la renta.
El objetivo sería claro: utilizarla para desactivar las protestas de la izquierda y dejar sin argumentos a Andrés Manuel López.
Hay tiempo.