Los queretanos que en las elecciones del 7 de junio votaron por el cambio –no se sabe si con rumbo o sin él, pero a fin de cuentas el cambio– y eligieron a Francisco Domínguez como gobernador preguntan: ¿Cumplirá todo lo que promete?

 

De entrada, no la tiene nada fácil, ¿eh?, apuntan los observadores. Dijo que hará un gobierno honesto, franco, profesional; que conducirá una transformación responsable y sensible; que manejará el presupuesto, la información y el ejercicio de la autoridad con gran responsabilidad; que pondrá a la luz todo aquello que estaba en la oscuridad; que no habrá espacio para la deshonestidad, ni perdón para el pasado; enterrará la corrupción para siempre; no habrá fueros políticos para nadie; cerrará la puerta a los autoritarios y a quienes abusaron del poder. ¡Ah!, y que respetará la libertad de expresión.

 

Pancho Domínguez promete también sacar de la pobreza a los queretanos (de cada 100 habitantes, 34 viven en esa condición); uno de cada seis no tiene para comer, lo que le avergüenza y le duele, dijo. ¿O sea que la Cruzada Nacional contra el Hambre no llegó a los municipios del estado durante la administración anterior? También dijo que es momento para acabar con la desigualdad, por lo que hizo un llamado a los empresarios queretanos para lograrlo. ¿Y nosotros por qué?, respondieron algunos de los aludidos.

 

Denunció que las arcas del estado se encuentran vacías. Peor aún, con un déficit presupuestal sin precedente (unos 650 millones de pesos) y un nivel de gasto corriente insostenible, que comprometieron el futuro de Querétaro, redujeron la inversión social y en infraestructura para desbocar el gasto, acusó.  ¡Se acabó esa política financiera irresponsable!

 

No dijo nombres pero denunció que en seis años abrieron un agujerote financiero. Pero no se preocupen, “vamos a taparlo con austeridad y con la reducción del gasto”, subrayó. ¡Ah bueno!

 

Al borde del éxtasis, prometió un Querétaro en donde todos sean iguales. Iguales ante la ley, ante las oportunidades, ante el porvenir. “Ante la desigualdad, ofrezco sensibilidad. Ante la pobreza, dignidad”.

 

Y remató: “Nosotros sí cumpliremos; nuestro gobierno se afanará para acortar la distancia entre los que tienen mucho y quienes no tienen nada… con absoluta convicción les digo: Nuestra mayor responsabilidad es con los que menos tienen. No vengo a cortar listones. Vengo a acabar con la desigualdad. Que quienes han sido excluidos de los beneficios del desarrollo, tengan nutrición y salud. Tendrán educación y capacitación para emplearse. A partir de hoy, los programas sociales del estado dejan de ser redes de voto, serán redes de bienestar”, insistió Pancho.

 

Los observadores políticos preguntan: ¿Por qué todos prometen lo mismo? ¿Por qué no elaboran un discurso diferente? ¿Por qué hacerles creer a los fregados que en seis años su vida cambiará?

 

Lo que también se preguntan aquellos es: ¿Pues no que el anterior gobernador era el prototipo de los nuevos políticos del PRI? Bueno, lo que pasa es que en la recta final se dieron cuenta que nada de lo que decían de él era cierto.

 

AGENDA PREVIA

 

La Junta de Gobierno de la UNAM debe tomar en cuenta la trayectoria y los méritos de los candidatos a la Rectoría, pues no se trata de escoger “del montón”. Pero también debería “cortarle las uñas” al candidato oficial, Sergio Alcocer, para que no siga “ordeñando” áreas de la máxima casa de estudios, como la Secretaría de Servicios a la Comunidad, que encabeza Enrique Balp Díaz. Si éste quiere apoyar a su amigo, que renuncie a su cargo y que no utilice los recursos de toda la comunidad en favor de uno solo, por más candidato oficial que sea, demandan los contendientes.

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