En diciembre, al iniciarse las designaciones de delegados federales, Miguel Ángel Osorio Chong planteó:

 

-Funcionarios de otros estados.

 

Razones sobran, se dijo en diferentes análisis:

 

En todas las entidades hay grupos políticos y sería necesario conciliar con todos para equilibrar y evitar conflictos y hasta sabotajes.

 

Colocar gente ligada al gobernador restaría margen de maniobra a los titulares de las dependencias federales y en los programas primarían objetivos locales sobre los institucionales.

 

Pero si no bastaran esos elementos, también se advirtió: todos los actores aspiran a mayores posiciones y usan esos cargos para construir candidaturas.

 

Enrique Peña dejó en manos de sus dos principales operadores -Luis Videgaray y Osorio Chong- la libertad de los nombramientos.

 

LOS GOBERNADORES PELEARON POR LOS SUYOS

 

Las decisiones chocaron con otro propósito: la coordinación.

 

En aras de llevar buena relación con el GDF, Enrique Peña tanteó la posibilidad de revivir la asistencia presidencial a la asunción de gobernadores.

 

Pero había un problema: el primero sería Miguel Mancera y la capital podría ser escenario de conflictos.

 

Lo confirmó el 1 de diciembre.

 

De común acuerdo se decidió enviar al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, por razones institucionales.

 

Siguió Chiapas, a donde la secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles, llevó la representación presidencial a la asunción de Manuel Velasco como mensaje de apoyo a una de las entidades más pobres del país.

 

Y con Tabasco la negociación tuvo otro trato.

 

El perredista Arturo Núñez invitó personalmente a Peña Nieto, pero las inasistencias anteriores no lo hacían recomendable.

 

Se optó por Emilio Chuayffet, quien al llegar a Villahermosa se ufanó:

 

-Mira a quién te manda el Presidente.

 

-Más le vale. Yo te pedí y si no vienes tú, lo regreso.

 

NUEVOS CRITERIOS EN NUEVAS DESIGNACIONES

 

Con los gobernadores no se encontró la misma disposición.

 

Todos pelearon por gente de su confianza, de sus grupos y de su estado.

 

Hoy, cuando varios de ellos han sido acusados de utilizar recursos federales para campañas electorales o han generado conflictos, la política general está a revisión.

 

Si en adelante se nombran mayoritariamente funcionarios de fuera, el cambio se habrá instrumentado.

 

Los argumentos de Miguel Ángel Osorio Chong están reforzados con la experiencia de casi cinco meses y medio, varias denuncias y un escándalo mediático abanderado por el panista Gustavo Madero y el perredista Jesús Zambrano.

No es poca cosa.

 

EL PRIISTA QUE HACE CAMPAÑA CONTRA EL PRI

 

1.- Los altos funcionarios no acaban de celebrar el regreso de PAN y PRD a las negociaciones y al reencauzamiento del Pacto por México.

Por orden superior cuidarán la interlocución con Gustavo Madero y Jesús Zambrano.

Y 2.- el priismo ve con escándalo cómo su diputado federal y derrotado aspirante al gobierno de Puebla, Javier López Zavala, se dedica a hacer campaña contra Enrique Agüera, candidato del PRI a Puebla.

¿Lo sabrá el comité de César Camacho?