Algunos panistas tenían alguna esperanza en Felipe Calderón.
Lo creen con capital político para ayudarlos en el trance de retener Baja California, ganar algunas capitales importantes como Puebla y avanzar en otras entidades donde habrá elecciones el primer domingo de julio.
En especial les interesa Tamaulipas, donde van solos porque el Partido de la Revolución Democrática (PRD) se puso muy caro y exigía posiciones insostenibles a la luz de sus tendencias históricas.
En ese intento invitaron a Calderón a sus campañas.
No les ha hecho caso.
Solamente su esposa Margarita Zavala ha tenido presencia en algunos lugares, acaso como preámbulo del intento calderonista por recuperar el control del Partido Acción Nacional (PAN).
No le ha ido bien.
Aunque en lo personal tiene empatía con la militancia azul, de donde procede y a donde pertenece, ha recibido descortesías políticas como esa de apagarle la luz y el sonido en Baja California.
Una prueba más de cómo la urbanidad política no es virtud en el comité de Gustavo Madero.
Estos desaires no obstarán para continuar en apoyo de algunos candidatos, en especial de quienes son afines al ex presidente Calderón y a su corriente.
BODA Y DISCRETA PRESENCIA EN ENSENADA
Con Felipe Calderón la situación es diferente.
Amén de mantener un enfrentamiento público con quienes representan sus intereses partidistas -Ernesto Cordero, Luisa María Calderón, Javier Lozano, Mariana Gómez del Campo, Maximiliano Cortázar, Salvador Vega Casillas y muchos más-, Gustavo Madero no cree en la imagen del ex presidente.
Y vaya si Calderón ha tenido oportunidad de servir a su partido.
Por ejemplo, el pasado fin de semana estuvo en Ensenada y para nada se apareció en los actos de campaña del candidato a gobernador panista, Francisco Kiko Vega, o en apoyo de otros abanderados de la alianza derecha-izquierda.
Fue a cubrir un compromiso social y luego recorrió viñedos del Valle de Guadalupe.
Su presencia era notoria porque lo resguarda un grueso equipo de vigilancia compuesto por elementos del Estado Mayor Presidencial (EMP) y de la Policía Federal (PF).
Ellos impidieron el acceso a personas comunes y a la prensa al hotel Coral Marina, donde se hospedó e hizo ejercicio, y cuando intentaron ingresar una boda para entrevistarlo.
Su único acompañante visible fue el gobernador Guadalupe Osuna Millán, uno de los principales activistas de los candidatos del PAN y en especial de Kiko Vega.
PESIMISMO PANISTA Y OPTIMISMO PRIISTA
Un grupo de senadores panistas acudió a Mexicali y Tijuana a respaldar a sus candidatos y preguntó al gobernador Guadalupe Osuna cómo andan las tendencias.
-Por primera vez en 24 años estamos en des… ventaja. Por poco, pero no vamos adelante-, les contestó con ciertos titubeos y pena.
Por el contrario, los priistas andan muy confiados.
El viernes el dirigente nacional César Camacho celebraba algunas encuestas de la semana pasada porque despegaron al candidato al gobierno del estado, Fernando Castro Trenti, a una ventaja de 5.3 puntos, lo que lo alejaría del marco de error.
Pese a todo, la pelea sigue cerrada y no muestra diferencias mayores como en Tijuana, donde el doctor Jorge Astiazarán tiene nueve o diez de margen sobre el panista Alejandro Monraz.
Lo sobresaliente es la influencia del padrón tijuanense en el estado: 53% del total de electores.