La vieja clase priista no está muy convencida del proyecto de Enrique Peña.

 

Sus iniciativas y programas, dicen, no verán resultados inmediatos y la sociedad los reclama para sentir alivio.

 

En esa percepción, aseguran quienes fueron mando político en el último cuarto de siglo pasado, va la suerte del sexenio en albores.

 

Un pulso de su posición fue tomado días atrás, cuando fue convocada parte de esa generación de servidores en las administraciones de José López Portillo, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas y Ernesto Zedillo.

 

La ocasión era la despedida de dos embajadores: Francisco Suárez Dávila, quien va a Ottawa, y Juan José Bremer, con destino a Cuba.

 

De acuerdo con versiones de asistentes, se encontraba gente de muy buen nivel:

 

David Ibarra Muñoz, secretario de Hacienda con López Portillo.

 

Francisco Labastida, secretario de Energía con De la Madrid y de Agricultura y de Gobernación con Zedillo, y luego candidato presidencial derrotado por Vicente Fox.

 

Pedro Aspe, secretario de Hacienda con Salinas.

 

POBREZA, DESEMPLEO Y REDISTRIBUCIÓN

 

El tema surgió de manera natural:

 

-¿Satisfacen o no las reformas instrumentadas y las enunciadas?

 

La laboral por ahí va, aunque todavía enfrenta resistencias.

 

La educativa, señalaron, todavía no ha sido aplicada y registra movilizaciones crecientes y con resultados imprevisibles del magisterio disidente, en especial la CNTE asociada con organizaciones sociales legales y clandestinas.

 

Viene el turno de la financiera y le seguirán las dos más polémicas, la energética y la hacendaria.

 

Cada asistente daba su versión, cuando David Ibarra, cuya formación social es conocida, hizo una reflexión:

 

-El país enfrenta tres problemas básicos: pobreza, desempleo y distribución inequitativa del ingreso y de la riqueza.

 

Se desató la polémica y se cerró con una conclusión: las reformas mencionadas no transforman, no resuelven las necesidades de la población.

 

Alguien pidió recordar a Adolfo Ruiz Cortines con su expresión “regresar a lo básico”.

 

CON SALUDOS DE MORENA PARA CHOLULA

 

1.- Oficialmente Morena, el movimiento de Andrés López no contenderá en las elecciones de julio.

 

Pero sí algunos de los suyos.

 

Uno es Juan José Espinosa Torres, candidato a alcalde de San Pedro Cholula, Puebla, bajo las siglas de la alianza PAN-PRD-PT-MC.

 

Tiene relevancia por dos cosas: su esposa es la delegada de Oportunidades, Nancy de la Sierra, y su pasado.

 

Este incluye acusaciones por extorsión: el 2 de abril de 2005 el alcalde de San Andrés Calpan, Alfonso Mateo Morales, lo acusó de exigirle cuotas de hasta 30 mil pesos mensuales.

 

Como era aforado, quedó impune.

 

En 2007 la diputada panista María Belén Chávez lo acusó de plagiar iniciativas y en la 56 Legislatura del estado retó a golpes al presidente de la Gran Comisión, Pericles Olivares.

 

Y 2.- José Manuel Romero tomó posesión ayer de la dirección del Imjuve, el instituto de los jóvenes.

 

Llegó con una losa muy pesada: lo acusan de golpeador y porro en su natal Colima, hecho desmentido ayer por la Procuraduría estatal: otro Manuel Romero está bajo proceso.