Ahora recomendamos dos lugares de la ciudad obligados a visitar: el primero es el museo de las máscaras que reunió hace más de 30 años Eugenio Badillo (DF, 1932-2000), quien llegó a reunir 30 mil máscaras de arte popular, en la cual predominaban las hechas por artesanos de Guerrero, Oaxaca, Michoacán, Hidalgo, Sonora y Sinaloa. El lugar se encuentra en la calle Allende 84. El lugar es una viaje casona atrás de Garibaldi que revela la magia y calidad del trabajo de cada una de las piezas realizadas para fiestas patronales de las comunidades serranas. Hay que recorrer las salas y no perderse el momento en que se enciende la luz que pone al descubierto las cientos de máscaras colgadas en los muros . El costo de cada una varia dependiendo de la antigüedad y zona del país en que fue realizada.

 

*

 

Otro lugar poco conocido se encuentra también en los alrededores de Garibaldi. A unos metros de la Arena Coliseo, en la esquina de Allende y Perú, se encuentra una de las casas más extrañas de toda la zona. Por sólo parece un lugar donde se compra fierro viejo y cartón, pero su dueño se ha encargado de convertirlo en una galería de objetos inservibles instalados a lo largo de caminos que parecen laberinto donde hay lavabos de hace 70 años, tinas de baño, muñecas de plástico, una camioneta de redilas que sirve de balcón que da hacia la calle, cactus y un gran número de piezas almacenadas a lo largo de 20 años. Alguna vez su dueño, Jaime El Chatarral, paseaba por las calles con una bicicleta que tenía ensamblado un ataúd hasta que una vez los policías lo detuvieron para preguntarle por qué hacía eso y se lo decomisaron. Si le dicen que quieren entrar a tomar fotos a su casa es posible que les cobre.

 

@urbanitas

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *