Yo fui adicto a la nicotina y recaí varias veces, por eso creo que soy más intolerante con los fumadores que las personas que nunca han tenido un cigarro en la boca. Y por eso me llama la atención esta tecnología, porque recientemente me he encontrado en aeropuertos, bares y hasta en el cine, con esa gente que saca su tubito, lo activa con una ligera presión de dedos y exhala una especie de vapor de la boca, con rostro de satisfacción.
Debutaron en China en 2003 y hoy los venden casi en cualquier parte del mundo, con excepción de Canadá y Australia, donde están prohibidos.
Los Electronic Nicotine Delivery Systems (ENDS) o e-cigarettes producen vapor de sabores, con nicotina y sin nicotina, lo que permite que los adictos a esa sustancia controlen un poco su ansiedad, al recibir sin encender un cigarro tradicional de tabaco y químicos, una dosis de su droga.
De acuerdo con Richard J. O´Connor, del departamento de Comportamiento y Salud, del Instituto Roswell Park contra el cáncer, en Búfalo, Nueva York, los e-cigarettes pueden ayudar a reducir el hábito de echar humo y fastidiar a los que estamos alrededor, a veces incluso violando la ley.
Datos de una encuesta del International Tobacco Control (ITC), en cuatro países, aplicada a más de seis mil fumadores, entre julio de 2010 y junio de 2011, indica que 70% cree que los ENDS son menos dañinos que los cigarros tradicionales.
Un 75% dijo que usa los e-cigarettes para fumar menos, mientras que 85% los utiliza para tratar de romper con la adicción.
Tres de cuatro dijeron que usan los ENDS en espacios en donde está prohibido fumar, lo que sugiere que el uso de los mismos satisface la adicción de la nicotina durante periodos de abstinencia.
O´Connor dice que este estudio es una fotografía instantánea en el tiempo del uso de esta tecnología, que indica que en cuanto el mercado evoluciona, el uso de la misma se incrementa.
Si los ENDS reducen el número de fumadores de cigarros y no atraen a nuevos fumadores, entonces el efecto en la salud pública será positivo, dice el experto.
Por lo pronto, prefiero tener a alguien a mi lado que fuma estos cigarrillos electrónicos, que a una persona que me echa humo en la cara y me deja oliendo a cenicero, sin que yo siquiera tocara un encendedor o me acercara a la zona en donde se droga.
ADICTOS A FACE
Hablando de adicciones, la psicóloga Cecilie Schou Andreassen, junto con un grupo de investigadores noruegos, crearon la Bergen Facebook Addiction Scale, para medir si lo tuyo es entusiasmo o enfermedad.
Dice que la dependencia al invento de Zuckerberg se da más entre los jóvenes que con los viejos, además, aquellos que son ansiosos y socialmente inseguros están más inclinados a caer en esta adicción que otras personas. Asimismo, ha encontrado que las mujeres sufren más esta adicción que los hombres.
Si respondes “a menudo” o “muy a menudo” a por lo menos cuatro de estos seis cuestionamientos, el estudio sugiere que eres adicto:
Pasas mucho tiempo pensando en Facebook o planeando usar Facebook.
Sientes una urgencia de usar Facebook cada vez más y más.
Usas Facebook para olvidar tus problemas personales.
Has intentado dejar de usar Facebook, sin éxito.
Te has sentido distraído o molesto cuando te prohíben usar Facebook.
Usas tanto Facebook que ha tenido un impacto negativo en tu trabajo o estudios.
La escala desarrollada, dicen los investigadores, puede ayudar a facilitar el tratamiento.