Hace poco más de dos años, con el resultado en Reino Unido a favor de su salida de la Unión Europea (UE) conocida como el Brexit, se pensaba en fuertes correcciones económicas y de mercados al menos en Europa, lo cual hasta ahora no ha sucedido así. Sin embargo, en esta última semana con la reunión de ministros de la Unión Europea, las cosas cambiaron un poco.
El 19 de junio pasado, la Cámara de los Lores de Reino Unido superó el último trámite parlamentario para derogar la ley de 1972 (cuando Reino Unido se integró a la UE) y aprobar la nueva ley de salida con una fecha muy clara, el 29 de marzo de 2019.
En julio pasado, algunos funcionarios, incluido Boris Johnson, presentaron su renuncia a Theresa May al considerar que el “Plan Brexit” sería como un “chaleco suicida” al buscar mantener el libre paso de productos, lo que indirectamente equivalía a que Reino Unido aceptara acatar las reglas de la UE.
No obstante, la semana pasada, algunos líderes de la Unión Europea han dado un rotundo “NO” a la propuesta de salida “suave” del Reino Unido.
Entre los puntos relevantes que busca Reino Unido está querer mantener a la Gran Bretaña alineada con los reguladores de la UE, a cambio de un libre comercio de productos, mas no de servicios. Otro punto importante es el relacionado con la frontera entre Irlanda del Norte e Irlanda del Sur, cuando el primero votó por no salir de la UE siendo miembro de la Gran Bretaña.
Este sábado pasado, Theresa May dijo que no darían su brazo a torcer en la negociación del Brexit. Ante la negativa a estas dos propuestas, les pidió una “contrapropuesta”, con lo que las conversaciones recientes efectuadas en Austria llegaron a un “punto muerto”.
Miembros de la UE como Francia y Alemania buscan un acuerdo en octubre, de corto plazo. Sin embargo, esos avances previos en la negociación entre los líderes de cada uno de ellos que daban esperanza de una salida “suave” se ve muy poco probable en estos momentos. Esas ocho semanas de arduo trabajo que escuchábamos pasaron ya a cinco semanas, y parecen perderse.
El mercado de divisas es el primero en generar movimientos de respuesta más volátiles. La libra esterlina que en junio de 2016 cotizaba en 1.47 previo a la votación está actualmente en 1.30, lo que equivale a una pérdida de 11.5% y llegó hasta 1.204 en enero de 2018 como su mínimo, equivalente a una pérdida de 18%.
Técnicamente, sólo que veamos niveles inferiores en cierre de 1.29, volveríamos a detonar un momento de mayor incertidumbre y correcciones en mercados.
El Brexit, así, se suma a las tensiones comerciales que la Unión Americana ha generado con China, Japón, Europa, el TLCAN (México y Canadá), el estatus de mercados emergentes (Turquía, Argentina, Brasil, Sudáfrica) o a temas geopolíticos (Irán, Siria, Corea del Norte), por lo que octubre, sin duda, será un mes de fuerte volatilidad en mercados.
Libra esterlina vs. dólar americano (cotización diaria)
El «brexit» de nueva cuenta en los mercados. Después de que hace dos años se dio la salida del Reino Unido de la UE los mercados habían sido inmunes a este efecto. Esto y más leerás en #Finanzas24 de @1ahuerta pic.twitter.com/IVYeX8DCJS
— 24 HORAS (@diario24horas) 24 de septiembre de 2018