PHOENIX, Arizona. Intel está experimentando muchísimo a partir de los escenarios que algunos escritores de ciencia ficción están generando.
La Universidad Estatal de Arizona juega un papel importante en la estrategia de Brian David Johnson, el futurólogo de la empresa, quien se encarga de darle conocimientos a sus líderes sobre cómo será el mundo a partir de estudios etnográficos, psicológicos, investigación tecnológica, cazadores de tendencias e incluso literatura.
El nexo entre Intel y la Arizona State University es Ed Finn, director del Centro para la Ciencia y la Imaginación de la institución.
“Es uno de los rostros públicos de nuestras predicciones del futuro”, dice Johnson. “El DNA de este lugar es darle las herramientas a la gente para pensar creativamente y científicamente. Ser participantes activos del futuro”.
Todo lo anterior lo pueden expresar a partir de videos, podcast, o por medio de literatura de ciencia ficción.
Priscilla Higuera, una extraordinaria historiadora mexicana que se especializó en una universidad europea en ciencia ficción, y que es recordada por sus alumnos como un respiro de aire fresco en medio de tanto pensamiento convencional y autoritario, me dejó grabada en la mente la pregunta What if?, un arranque que detona escenarios que abren cientos de posibilidades de ajuste y caos (la historia alternativa, como lo hace Philip K. Dick, en The Man In The High Castle).
Es un cuestionamiento que también se hacen muchos expertos en creación de modelos para responder a problemas futuros que tendrán que encarar gobiernos o empresas. Adelantarse al golpe.
Hace poco les platicaba de los Data Scientist, esos jóvenes que con bases de datos gigantescas lanzan hipótesis de lo que pasará a partir de fórmulas matemáticas y predicen determinados comportamientos sociales. Usan los números para responder principalmente problemas de negocios.
La imaginación es la herramienta de los que utilizan la pregunta What if? como potenciador de lo que viene.
La semana pasada estuve en una conferencia del futurólogo de Intel y de Finn, en el Centro para la Ciencia y la Imaginación, que fue abierto a finales de 2012. Y una de las preguntas más repetidas fue: What if?
Finn, doctor en Inglés y Literatura Americana por la Universidad de Stanford, fue reportero de Time, Slate y Popular Science antes de dedicarse a la academia. Hoy se dedica a pensar y a juntar a las mentes que están imaginando cómo será nuestro día a día dentro de unos años.
Ingenieros, meteorólogos, geólogos, arquitectos, músicos y escritores, sin excluir a ninguna rama del conocimiento establecido en el campus, son convocados a dialogar y escribir alrededor del What if?
Finn dice que tratan de hacer ciencia ficción apegada a los hechos presentes y pasados.
Según el director del centro, casi toda la ciencia ficción es negativa: bombas, destrucción, pestes, ataques extraterrestres, malos muy malos gobernando el mundo.
La apuesta de ellos es hacer ciencia ficción positiva.
“Todo el mundo debe preguntarse cómo es el mundo en que quieren vivir, esa es una forma de cambiar al mundo, de cambiar la historia”, dice Brian David Johnson.
La conferencia de prensa, por cierto, fue para anunciar que dentro de muy poco publicarán las bases para un concurso de historias de ciencia ficción, que estará abierto para niños y adolescentes en todo el mundo. Necesitan mentes frescas…
Mi conclusión: todo el mundo necesita más ciencia ficción.
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