La idea de escuchar los discursos de los candidatos al Gobierno del Estado de México me produce desazón y sensación de profundo aburrimiento.

 

No sé si son crueles o hipócritas.
A pesar de que es un doble discurso, presentan las pruebas que acusan al gobierno que consideran injusto y se elevan como los justos.

 

Los candidatos quieren dejar constancia minuciosa de todo lo ocurrido y expresan su aportación “valiosa” para entender la voluntad del pueblo.

 

Olvidan que en política nunca hay una versión definitiva.

 

Son los acontecimientos los que marcan las características del hecho, en su tiempo y el lugar determinado.

 

Por eso no consigo entender que todavía haya personas que crean en esos discursos que ningún efecto positivo han tenido, ni ayer ni hoy.

 

Para tomar las mejores decisiones, un candidato hombre o mujer debe entender las historias recientes del estado.

 

Sin embargo, al amparo de su convicción han presentado hechos de un ejercicio que, de acuerdo a ellos, no justifican el engaño al mexiquense. Pero tampoco escucho la corrección al error. Más allá de la forma, no llegan al fondo.

 

Quienes votarán el 4 de junio esperan que la ganadora o ganador cumpla lo prometido, por eso votarán por el ella o él.

 

Después de 11 años de escuchar cada semana sus carencias y frustraciones, sé que los mexiquenses quieren dejar de ser víctimas de las mentiras y no ser más una sociedad descontenta.

 

No tengo ni he tenido relación o simpatía por candidato alguno, sólo espero que sean dignos representantes de un estado como el de México.

 

Milonga: ante los reclamos por los asesinatos de periodistas, el Presidente sigue hablando en futuro, ofrece protección y dinero para más burócratas. Otra: no todos los sectores que producen la contaminación en el Valle de México están siendo verificados; por ejemplo, las estaciones de servicio que emiten contaminación a través de los vapores de gasolina que se generan en las recargas de gasolina. Existe una Norma Emergente, pero la autoridad no puede aplicarla, pues no la publicó. ¿Por qué la Semarnat, la Comisión Ambiental de la Megalópolis (Came) o el director de la Agencia de Seguridad de Energía y Ambiente (ASEA) protegen a este sector?

 

jfcastaneda9@hotmail.com

aarl

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